El Zapote, una congregación que lucha contra el hambre
•En El Zapote, 150 familias habitan en total pobreza, analfabetismo y desnutrición
Noé Zavaleta//Imagen Carol Suárez
•El rango de hijos por mujer es arriba de 4 por familia, en contraste el analfabetismo alcanza el 30 por ciento y no hay una sola computadora en el poblado.
•La brigada Adelante y la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNCH), y el nuevo titular de SEDESOL, Jorge Carvallo Delfín prometen sacar de la pobreza extrema a esta congregación.
•En una jornada itinerante, Carvallo se hace acompañar de su “amigo” el panista, Alejandro Zairick y de la experredista, Brenda Reyes Aguirre: “Los pobres son de todos. En esta lucha no hay colores”, dice.
La Perla, Veracruz.- En una casa de dos niveles ”“el segundo piso en obra negra y sin revocar- pende una lona de Enrique Peña Nieto cuando andaba en campaña y con el lema “Mover a México”, desde ahí, tres niños menores a 6 años, con piojos en la cabeza, desnutridos, con la ropa sucia y con miradas curiosas esperan el arribo de la brigada “Adelante” y de los anuncios rimbombantes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH), programa estelar del gobierno federal de Enrique Peña Nieto.
En lo alto de la comunidad El Zapote ”“a mil 600 metros sobre el nivel del mar-, una pequeña congregación del municipio de La Perla, la mayoría de las casas carecen de piso y de un techo capaz de soportar la temporada de lluvias.
En pequeñas casuchas de láminas de cartón y de zinc, tapando sus viviendas con cobijas, entre la tierra y colchones destruidos, con los jacales de gallinas y cerdos al lado, así duermen la mayoría de las 150 familias, todas ellas, de origen indígena, cuya lengua ”“además del español- es el náhuatl y el otomí.
La casa de dos niveles en obra negra, es solo una de las 10 únicas viviendas que cuentan con material de concreto. Son las casas de los “pudientes” de El Zapote. Desde ese mirador, los tres niños esperan el arribo de funcionarios estatales, cuyo modesto templete ha sido instalado en un terreno aledaño a la iglesia del lugar.
“¿Donde reparten los apoyos?, ¿Usted trae los tickets?, ¿Qué nos van a dar?”, sueltan los habitantes de El Zapote a cualquier persona que traiga zapatos y tenga porte de citadino. Poco o nada distinguen, si está vez el apoyo emana del gobierno federal, del estatal, de algún partido político o de alguna alma caritativa. Aquí el origen del benefactor, da lo mismo, cuando se tiene hambre.
Manejando una camioneta Ford blanca, 4X4 de doble tracción viene Jorge Carvallo Delfín, nuevo Secretario de Desarrollo Social (Sedesol), quien 40 días después de haber dejado la Secretaria Particular de Javier Duarte, se anima a salir del letargo mediático en el que estaban los funcionarios estatales recién enrocados.
Carvallo al volante, como copiloto, el alcalde de La Perla, Joel Javier Vázquez; en la parte trasera, el diputado panista, Alejandro Zairick, los representantes de “Las Brigadas Adelante” en la región montañosa y la presidenta del DIF municipal, Leticia Lucas de Vázquez, de avanzada, la nueva presidenta del Voluntariado de Sedesol, la ex perredista, Brenda Abigail Reyes Aguirre.
“Me he encontrado comunidades, de pobreza extrema, en donde no tienen que comer y si digo no tiene que comer, es que ni frijoles, tienen que compartir, apenas unas papitas hervidas que ellos mismos cosecharon”, resume Carvallo Delfín, mientras zigzaguea la Ford 4X4 en las faldas de la sierra de Zongolica.
En lo alto de una colina, cientos de niños van bajando colgados del rebozo de su madre. Caminan a prisa, no vaya a ser que se terminen las despensas. Otros más lo hacen de la mano de sus hermanos mayores, mientras el padre de familia corre presuroso a gestionar “techo” y “piso para su casa”. Baja aprisa, mientras esquiva con destreza un autobús amarillo, propiedad del “pulpo” camionero de la región, el priista Mario Zepahua.
En una pequeña casa de madera, escondida entre la maleza, una señora con 8 hijos, mando a dos de sus pequeños por la despensa de Sedesol, ella, se tenía que quedar a cuidar a los 6 restantes. Y ahí van los niños obedientes, por el acceso principal de El Zapote va subiendo el mozalbete con su despensa, que consta de 4 rollos de papel higiénico, una bolsa pequeña de servilletas, un litro de aceite, un kilo de frijol, uno de arroz, uno de lentejas, unas galletas marías, una lata de chiles y dos bolsas pequeñas: Una de fideos y una de sopa de letras.
Despensa nutrida, en contraste con lo que venden las dos tienditas de la localidad: Leña, tortas preparadas uno o dos días antes, naranjas, limas, frutsis, cerillos, algunas legumbres y verduras, así como un refresco de dudosa marca. No hay nada más en los estantes.
Ahí llega la brigada Adelante y la CNCH, mientras Carvallo e invitados dan discursos de “adiós a la pobreza” y de “corresponsabilidad” para salir del atolladero y la ignorancia. Niños y señoras se cortan el pelo gratis, las estilistas del Instituto de Capacitación para el Trabajo de Veracruz (ICATVER) redimen los piojos y el pelo enredado y con “costras” de tierra. Al lado del corte de pelo, está un módulo del Instituto Veracruzano de Educación de los Adultos (IVEA), los becarios de este organismo corretean a los analfabetas de la comunidad y nadie se quiere inscribir para un programa de leer y escribir: “Es un problema de valores”, resume el ex líder estatal priista.
Los contrastes son marcados, jóvenes y adolescentes convertidas en señoras a los 14 y 16 años, bajan con uno, dos y tres hijos, cuando apenas han rebasado la mayoría de edad.
El alcalde del lugar, Joel Vázquez exhorta, suplica a sus lugareños a que así como reciben los apoyos del gobierno, sean corresponsables y participen en las campañas de alfabetización. De El Zapote, también pronuncia discurso, Santiago Gallardo, con el extraño cargo de Tesorero del Juez de Manzana, él tomaría el micrófono sólo para pedirle a Carvallo que agradezca a Enrique Peña Nieto, el logro de la cruzada contra el hambre.
Agradecimiento estéril, si se toma en cuenta, que -según Domingo Ramos, poblador del lugar- los rezagos en infraestructura, educación y salid son evidentes en la localidad. Ramos, incrustado en la promoción de ambas brigadas, asegura que del trabajo que se ha hecho en la población, apenas se lleva un avance del 20 por ciento. Los resultados habrán de palparse después.
CARVALLO, PROMETE REGRESAR A SUPERVISAR…
En 120 minutos, el nuevo titular de la Sedesol Veracruz entregó 300 despensas, envió la brigada Adelante para los cortes de pelo, consultas médicas, alfabetización, además, dio el banderazo de salida de 150 pisos firmes, se ensució el pantalón con un poco de mezcla, recién preparada por albañiles de verdad.
Posteriormente, Carvallo “mi secretario” ”“como le dice el panista Alejandro Zairick- partió a la calle Palma de la cabecera municipal para dar el banderazo de pavimentación, junto con el panista Zairick y la ex perredista Brenda Reyes. De ahí, camino hacía una obra de introducción de drenaje, ahí, se termino de ensuciar el pantalón, pues bajo a la obra para posar para la foto, incluso sugirió a los fotoperiodistas regionales “abrir más el tiro” y “echarse hacías atrás”, para que saliera la maquinaria pesada. Al puro estilo de su ex jefe político, Fidel Herrera.
En el camino se persignó al pasar frente a una iglesia, más adelante, se encontró con una capilla en obra negra. Vecinos del lugar se le acercaron y en “corto” le hicieron algunas peticiones para concluir la obra: “Pues ya está, tendremos que entrarle”, prometió.
Concluyó su gira en una Cocina Comunitaria de SEDESOL, ahí comió un mixiote de pollo y arroz; contó que su hermano el más pequeño ahora era alcalde y anteriormente diputado local. Bromeó con la cocinera, Josefina a quien felicitó por el guisado: “Ya se puede volver a casar; pero no con el mismo”. Los lugareños le prometieron que cuando regrese a entregar todos los pisos firmes, los techos y el arranque de las obras de electrificación, habrán de hacerle una salsa de chicharrón.
Carvallo tomó la palabra y prometió regresar en “dos meses”, dijo a los comensales que además de La Perla, se está atendiendo Tehuipango, Coscomatepec, y una treintena de municipios más, catalogados como de “pobreza extrema”.
Explicó que en los indicadores de pobreza, si hay cuatro faltantes de los requerimientos básicos: Alimentación, electricidad, agua potable, piso firme, drenaje, seguridad social, educación, entre otros, irremediablemente se ingresa a la pobreza extrema. Carvallo Delfín, asegura y reafirma que transcurrida la mitad del sexenio, 300 mil veracruzanos han salido de la “pobreza extrema” para ingresar al rubro de “pobreza simple”.
EL ZAPOTE, SINÓNIMO DE LA POBREZA
Joel Vázquez y Jorge Carvallo resumen así al pueblo de La Perla: “Es un municipio de gente trabajadora, luchona y solidaria que solo necesita oportunidades para vivir”. Parecieran tener razón, El Zapote, el piloto utilizado para la Cruzada Nacional Contra el Hambre tiene índices por demás ilustrativos, ahí la gente solo vive del follaje, alimento arbóreo utilizado para vacunos.
Según estadísticas del INEGI, no hay una sola computadora en dicha congregación. Apenas hay una escuela primaria, en la cual los niños interrumpieron clases por la brigada Adelante.
El porcentaje de fecundidad es altísimo en esta zona: 4.23 hijos por mujer, los de analfabetismo indican que entre los adultos 3 de cada 10 hombres no saben leer y 2.5 de cada diez mujeres tampoco han ido a la escuela.
Además, la fecundidad se empezó a incrementar, con los mecanismos del programa Oportunidades, pues las mujeres solían volverse más fértiles, pues el recurso económico entregado, era mayor, sí se tenían más hijos.
Por si fuera poco, el propio DIF Municipal admite que se habían presentado casos de violencia intrafamiliar, en donde la mujer era golpeada por el marido y despojada del beneficio de los programas federales y estatales para gastárselo en “aguardiente”.