Se ignora el balance interno y externo de su trabajo para mejorar la calidad de vida de la población.
Se ignora su agenda pública para empujar el bienestar de los ocho millones 62 mil habitantes.
Se ignora si el millón de indígenas habitando las ocho regiones étnicas…
Y los dos millones de campesinos…
Y los tres millones de obreros de Veracruz estén contentos y a gusto con el gabinete porque han dignificado la vida.

PASAMANOS: De acuerdo con los boletines expedidos por la dirección de Comunicación Social del gobierno del Estado todo parece, todo lo indica, únicamente están centrados y concentradas en las actividades de la gobernadora.
De allí en adelante, de manera excepcional, algunas veces boletines de las secretarías de Educación, Finanzas y Planeación y Seguridad Pública.
De manera excepcional en los días de lluvias, torrenciales, ríos crecidos y desbordados, inundaciones y los 37 (treinta y siete) muertos en el norte de Veracruz informando sobre la secretaría de Protección Civil.
Y pare de contar.

CORREDORES: Se ignora si así, tal cual, funcionan y operan las oficinas de prensa de las tribus políticas, digamos, de MORENA.
Se ignora si para tales efectos solamente los días de la jefa del Poder Ejecutivo merecen cronicarse con boletines.
Se ignora si los medios afines nada más se reducen a magnificar las actividades de la góber porque, digamos, así sean las instrucciones superiores.
Sabrán, entonces, los chamanes si el resto de los gabinetes legal y ampliado se aplican en el llamado Segundo Piso de la Cuarta Transformación.

BALCONES: En otros sexenios, por ejemplo, Comunicación Social solía asignar las secretarías del gobierno estatal a los empleados reporteros para cubrir actividades.
Digamos, y como funcionan las fuentes informativas en los medios escritos, hablados y digitales.
Los reporteros de la fuente les llaman.
Ahora, parece, un reportero para cubrir a la góber en la inteligencia de que la oficina está o parece estar al servicio exclusivo de la jefa máxima.

PASILLOS: En un momento estelar del año por terminar, la versión de las órdenes superiores de que en los boletines el nombre de la jefa máxima es el único preponderante.
Y el gabinete, en el limbo. Sin estar, ser y trascender. Sin ocupar un espacio mediático. Sin figurar en las candilejas y en las marquesinas mediáticas.
Y por eso mismo, a esperar durante un año la comparecencia en el Congreso local para mostrarse y lucirse.
En todo caso, son estilos personales de ejercer el poder y gobernar, a tono con aquella frase memorable, citable, recordable y bíblica de la ex fiscal general:
“Aquí mando yo”. (lv)