Rafagueo de los malandros en la casa de campaña. El tiro cegando la vida de Avisack.
Avisack con hijos huérfanos.
Y el plagio y desaparición del reportero Miguel Ángel Amaya, director del periódico digital Pánuco Online, el 13 de abril.
6 y 7 meses de impunidad.

DOS. ¡Vaya silencios oficiales!

Silencio de la secretaría de Seguridad Pública.
Silencio de la fiscalía general.
Silencio de la dirección general de Comunicación del gobierno del Estado.
Silencio de la Comisión de Periodistas del Congreso.
Silencio de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas. CEAPP.
Silencio del diputado local del distrito.
Silencio del legislador federal del distrito.
Silencio de las alcaldías de Rodríguez Clara y Pánuco.
Avisack y Amaya victimizados por segunda vez.
Camino ambos al peor infierno de la vida como es el olvido y el desdén. El menosprecio y la indiferencia.

TRES. Histórica impunidad

En realidad, la misma historia de impunidad en gubernaturas anteriores.
Los diez trabajadores de la información asesinados con Cuitláhuac García.
Los cinco con Miguel Ángel Yunes Linares.
Los diecinueve con Javier Duarte más tres desaparecidos.
Los cinco con Fidel Herrera Beltrán.
Cada mandatario con su saldo fatídico de diaristas, fotógrafos y camarógrafos asesinados.
Y en todos los casos, quizá la mayoría, la impunidad.
La Santita Impunidad.
Su graciosa majestad la Impunidad.
Lo peor entre lo peor, el olvido.
Ya mataron a Avisack y desaparecieron a Miguel Ángel Amaya, y ni modo, “la vida sigue”.

CUATRO. Elementos distractores

Más, mucho más reality show con el aumento salarial de la gobernadora.
Y el pleito entre Nahle y el senador Manuel Huerta.
Y el diputado local, Esteban Bautista, proclamándose jesuita y zapatista.
Y el destape prematuro, ajá, de Zenyazen Escobar para la candidatura de MORENA a gobernador.
Y la revocación de mandato de Nahle.
Y el fallido intento, hasta ahora, del derrocamiento de la fiscal general.
Avisack Douglas y Miguel Ángel Amaya, dos tundeteclas más en un Veracruz como uno de los peores rincones del país (y hasta del mundo) para el gremio reporteril.
Los pinches periodistas “carroñeros y miserables” como dice aquella…

CINCO. La justicia es impunidad

Nada de una justicia “pronta, rápida y expedita”.
Sueños guajiros. “Golpes de pecho”. Venta fatua de esperanzas.
El año por esfumarse y únicamente las familias y los amigos en el recuerdo y la nostalgia de los días usufructuados.
Algunos por ahí persignándose para evitar el mal fario y el peor karma. (lv)