Cada mañana empieza a trabajar a las tres de la mañana… Sin duda, la mejor hora para chambear, escribir, componer música y poemas… La hora más productiva del día porque los humos del día anterior ya se evaporaron con el sueño…

ROMPEOLAS: Y porque nadie suele hablar por teléfono… Y porque ninguna secretaria habla fastidiando con una llamada… Y porque los periódicos todavía están sin circular y nadie ha leído malas noticias… Y porque la mente y el corazón y el hígado, sobre todo, están fresquecitos… Y las neuronas ligeras y livianas para el aprendizaje… Pero los funcionarios cercanos a ella elevaron los gritos al cielo… Y ella se mantiene… En su tiempo de estudiante universitaria viajaba seis horas de su pueblo a la sede del colegio de educación superior… Y nunca desmayó ni tampoco una tregua…

ARRECIFES: Se llama Sanea Takaichi… Y todos sabían de su trabajo empedernido y obsesivo… Más, en un Japón donde se han dado muertes por exceso de trabajo… Y en un Japón donde los robots cada vez se adueñan del mundo laboral… Fue diputada federal… Y es dirigente máxima del Partido Liberal Demócrata… Baterista como el Beatle Ringo Starr… Adora a Margaret Thatcher… Y por eso mismo siempre se viste de color azul… Azul tierno… Azul bajito… Nada de friégame la pupila… Pero, bueno, a las 3 de la mañana suele citar a su equipo para iniciar la faena cotidiana…

ESCOLLERAS: Y ni hablar, los subordinados, así sean ministros, “le entran o le entran”… La teoría neurológica, pues, ultra contra súper confirmada… Las horas más fecundas, tierra fértil, para la creación de todo tipo son las de la madrugada… Simplemente, acostarse temprano y levantarse temprano… Cambiar, pues, el reloj biológico… Además, toda su vida, la primera ministra siempre ha observado la misma conducta… Por ejemplo, desde cuando sus padres la presionaban para estudiar la universidad y convertirse en una de las mejores…

PLAZOLETA: El Sumo Pontífice, Francisco Primero, recién fallecido, solía levantarse a las cuatro de la mañana… Y para rezar durante par de horas… Luego, darse un baño… Y listo para oficiar la misa del día… Pancho Villa, el más grande guerrillero y combatiente de la Revolución, solía atacar a los adversarios en la madrugada… De sorpresa… Cuando todos dormían… También solía casarse a las dos de la madrugada y de inmediato bailongo para todos… Cada uno con sus estilos personales de ejercer el poder y la tarea de gobernar… (lv)