La mentada de madre a Nahle
1 (Una mentada, himno nacional jarocho)
El sábado 15 de noviembre, santo de Maclovio, marcha de la Generación Z y anexos y conexos en Xalapa. Igual, igualito, como en la ciudad de México. La protesta social y la indignación crónica contra la violencia. La vida en el infierno.
Ardidos los manifestantes, “y haiga sido como haiga sido”, en Xalapa, alguien por ahí soltó una mentada de madre a Nahle.
Y el secretario General de Gobierno, su empleado y subordinado Ricardo Ahued Bardahuil, se irritó.
Dijo, por ejemplo, que ningún ser humano merece una mentada de madre.
Y, claro, tiene razón.
Por eso, AMLO, el ex, por ejemplo, clamaba “abracitos y besitos” a los narcos, sicarios, pistoleros, malosos y malandros.
Pero Ahued bien haría en leer y releer y cavilar el libro clásico, “La sicología de las masas”, de Gustavo Le Bon donde aplica el estudio riguroso y con lupa de la mente actuando y operando en una muchedumbre.
Y en donde, entre otros hechos y cositas, observando la pasión neurológica fuera de órbita y control, amparados, incluso, en el anonimato.
Más o menos como cuando los amigos andan de parranda y, con todo y quererse como amigos elegidos en el camino, terminan mentándose la madre con el mismo sabor intenso y frenético de Alvarado, sonando y resonando.
Digamos, como cuando el góber precioso, Javier Duarte, dijo a Reynaldo Escobar Pérez, el Procurador de Justicia: “Vete a chingar a tu madre”.
Todavía los 33 (treinta y tres) cadáveres tirados en el paso a desnivel en la avenida Ruiz Cortines, en Boca del Río, y en la víspera de la reunión nacional de Fiscales.
Y Reynaldo, el Procu, le reviró: “A mí nadie me mienta la madre. Y tú te vas a chingar la tuya. Y ahí te mando mi renuncia”.
Y dimitió al cargo.
Entonces, y considerando a Gustavo Le Bon, con tantos libros publicados sobre la sicología de la multitud, en ningún momento, claro, se justifica la mentada de madre a Nahle.
Pero al mismo tiempo, las pasiones del momento son canijas.
Y así, “y al pie de la letra” habría de tomarse y considerarse.
Y ni modo de andar buscando como loquitos a la persona autora de la mentada.
En Alvarado, por ejemplo, para la sabia popular cada mentada significa una expresión de respeto y amor a la interfecta.
Y entre más mentadas, más cariño.
Además, la constancia de un Veracruz con doscientos doce municipios y en donde cada pueblo tiene su identidad sicológica.
Y por eso mismo, una mentada nunca significa lo mismo en Alvarado como en Xalapa ni tampoco en Pueblo Viejo, Perote, Astacinga, Huayacocotla y Coatzacoalcos.
Más, mucho más, cuando Nahle lo expresara con firmeza: “Soy más veracruzana que ‘La bamba’”.
Y si es más veracruzana que ‘La bamba’, entonces, tendrá profundo, inalterable, conocimiento de la identidad jarocha a plenitud.
¡Tantas mentadas a otros gobernadores y nunca, jamás, han protestado!
En muchas escuelas secundarias, hasta las chicas se mientan la madre entre sí.
Vaya, en cada divorcio violento, las parejas terminan su relación con mentaditas de madre.
Y ni se diga tratándose de amantes.
La mentada de madre como las Caritas Sonrientes de la cultura mesoamericana…
Los tegogolos de Alvarado…
La flor de izote en caldito de Córdoba…
Las picadas y gordas de la zona conurbada Veracruz – Boca del Río…
Las garnachitas de Rinconada…
Las cocadas de Costa Esmeralda…
Y los zacahuiles del norte de Veracruz…, etecé, etecé, forman parte de la cultura popular.
Está bien que Ahued como su empleado (feliz como el conserje del palacio) se enchile con la mentada a la góber.
Pero de igual modo, porfis, “no se pase de tueste” ni de la raya.
La sicología y la identidad de Veracruz ha de conocerse.
Y a plenitud.
Lo decía el capitán Fernando Gutiérrez Barrios: “Si es mediodía y con sol y el pueblo dice que es medianoche hora de prender las farolas”.
2 (La lealtad, encima de la violencia)
Ahued se ocupa de la mentada a Nahle, pero ninguna palabra sobre el trasfondo de la marcha sabatina como es la terrible y espantosa violencia.
Secuestros. Desapariciones. Extorsiones. Feminicidios. Crímenes. Tiradero de sangre. Fosas clandestinas. Impunidad.
La mentada a Nahle por encima y lejos de la violencia.
Ojalá y se haya ganado un aumento salarial.
En todo caso, más poder metaconstitucional.
Lo predicó con hechos AMLO, el ex, y durante seis años:
En un político más importante la lealtad que la eficacia y la eficiencia.
3 (Real Academia de la Lengua Callejera)
Muchos, demasiados, pleitos y dimes y diretes se resuelven todos los días en Veracruz con una mentadita de madre.
Y ni modo de poner un bozal a la población prohibiendo las mentadas cuando, caray, significan una especie de himno nacional jarocho.
En un rancho a la altura del campo agrícola “Cotaxtla”, una persona compró un rancho y lo bautizó con el siguiente nombre: “Tu madre”.
Y el vecino de enfrente cambió de nombre a su rancho y lo rebautizó así: “La tuya”.
¿Cuántas mentadas se escucharán cada día en los pueblos ribereños de cara al Golfo de México?
La mentada de madre bien merecerse incluirse en la Real Academia de la Lengua Callejera y mucho más importante que la Real Academia Española.
La patria y “La bamba” y “El tilingo lingo” están en donde exista un jarocho mentando la madre.
Así hablaba Zaratustra…
4 (“Carácter muy fuerte” de Nahle)
Ahued fijó su Código de Ética y Buena Conducta: “Ninguna mujer de cualquier partido se merece una mentada de madre”.
Ok.
¿Y las mujeres apartidistas?
¿Y las mujeres indígenas, campesinas, obreras y de clase media y alta?
¿Solo, entonces, blindadas de mentadas las “mujeres de cualquier partido político?
Ahued, elitista.
Más, mucho más, en “el año de las mujeres”.
Una barbaridad… su exclusión.
Por cierto, y de paso, “El dos del palacio” confirmó el “carácter muy fuerte” de Nahle.
Por eso, y entre otros hechos, la única estrella titilando en el firmamento político de Veracruz. (lv)

