Asquerosas cañerías
**Show Huerta y Cazarín
**Sucesión 2030
UNO. La víctima de MORENA
¡Vaya agarrón de película entre par de Morenacos! Uno al otro acusándose de pillos y corruptos. ¡Corruptazos! diría AMLO, el ex.
En un lado del ring, el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, asegurando que el diputado federal, Zenyazen Escobar, promueve
su desafuero a partir de ejercer con libertad la crítica y la autocrítica.
Incluso, y de acuerdo con Zenyazen, Huerta se muestra en los medios de información como una víctima de las tribus guinda y marrón de su partido obradorista.
DOS. Gran cortocircuito…
Además, Zenyazen, dice Huerta, utiliza recursos públicos para favorecer a sus candidatos a presidencias municipales.
A primera vista, se trataría de un choque de trenes entre par de Morenacos.
Las ínfulas de estar predestinados para cargos públicos superiores, digamos, la candidatura a gobernador en el año 2030.
Uno y otro riñendo por la hegemonía del poder político en Veracruz.
Los dos, quizá, disputando la confianza y preferencia de los jefes máximos.
Uno, Andrés Manuel López Obrador, refugiado (ajá) en su rancho “La chingada” en Chiapas.
Y la otra, Nahle, la gobernadora en turno.
En todo caso, y en primera instancia, la candidatura a jefe del Poder Ejecutivo de Veracruz en el año 2030 pasará por Nahle.
Y, claro, por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
TRES. “Aquí mando yo”
Entre Huerta y Nahle domina y predomina un cortocircuito.
Se ignora la relación entre Zenyazen y Nahle, digamos, para suponer que Zenyazen sostenga su declaratoria de guerra contra Huerta.
Quizá, nadie lo dudaría, desde el sexenio anterior con Cuitláhuac García, pues Huerta de igual modo vivió y ejerció un distanciamiento político.
Mientras, los dimes y diretes entre las partes.
Las famosas disputas entre las tribus y elites políticas por el poder público, sinónimo de poder económico y social.
“Aquí mando yo” exclamó aquella.
CUATRO. Encuentros y desencuentros
Memorable, por ejemplo, el pleito en el siglo pasado con don Rafael Murillo Vidal de gobernador entre Francisco Berlín Valenzuela, Manuel Carbonell de la Hoz y Juan Maldonado Pereda.
Con don Rafael Hernández Ochoa, los rencores y odios entre Emilio Gómez Vives, Carlos Padilla Becerra, José Luis Lobato Campos y Miguel Ángel Yunes Linares.
Con Fernando Gutiérrez Barrios, la pasión política descarrilada entre Dante Alfonso Delgado Rannauro y Raúl Ojeda Mestre por la sucesión cuando don Fer fue llamado a la secretaría de Gobernación con el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Ahora, en el palenque, Manuel Huerta y Zenyazen Escobar.
CINCO. Cañerías pestilentes
El río impetuoso estuvo en un tris del desbordamiento entre Juan Javier Gómez Cazarín, delegado federal del Bienestar Social, y el sucesor en el Congreso local, Esteban Bautista Hernández.
Bautista, exhibiendo “los trapos sucios” de Gómez Cazarín en el palenque.
Y más, en materia de “honestidad valiente y purificación moral”.
Y Nahle debió asestar manotazo para cuando menos, cuando menos, cuando menos, parar el rastreo de pistas de Bautista contra las irregularidades y abusos y excesos del poder de Gómez Cazarín con el billete público.
Ya se verá ahora hasta dónde Nahle deja crecer el reality-show de Manuel Huerta y Zenyazen Escobar.
A menos, claro, se interese por ajustar cuentas con alguno y/o con los dos y permitiendo, por lo pronto, que ellos solitos se desacrediten… (lv)