No… a comida chatarra
**Sí... anuncios televisivos
**Palos de ciego en la SEP
ESCALERAS: La secretaría de Educación Pública, SEP, de Mario Delgado, “quiere vender atole con el dedo” y “tomar el pelo” con su campañita para erradicar la venta de la comida “chatarra” en las escuelas primarias y secundarias.
Más, en un país con niños y chicos excedidos de peso.
Y cada vez más y más, comiendo fritangas y cheetos y con refresco de cola.
La razón de peso y con peso es la siguiente: Nada, absolutamente nada ganará (solo quizá la portada mediática) con la campañita en tanto las televisoras nacionales sigan publicitando en cada programa, en cada reality-show, en cada película, montón de anuncios de comidita chatarra.
PASAMANOS: Por un lado, ajá, en la escuela los chicos bien podrían quedar con las ganas de la comidita chatarra.
Aun cuando, ninguna duda existe, en la mochila llevarían su itacate “chatarra” para la hora del recreo.
A menos, claro, que el operativo de la SEP incluyera revisar la mochila escolar a cada niño y adolescente a la hora de entrada a la escuela para embargar su despensita “chatarra”.
Y de ser así, entonces, la SEP incidiría en una especie de Estado de Sitio.
Y en contra de la población infantil y adolescente.
CORREDORES: Y por el otro lado, en las tardes mirando la tele y mirando los anuncios de tanta tanta tanta comidita chatarra en cada programa transmitido.
Bastaría referir que en su tesis profesional, la gran maestra, Alicia Celis Berriel, documentó que hacia los diez años de edad un menor ha visto diez mil hechos de violencia.
Por añadidura, un menor de siete y ocho años de edad ha visto en la tele unos diez mil anuncios de comidita chatarra.
BALCONES: Los anuncios televisivos de comidita chatarra significan ingreso millonario para los magnates de la televisión.
Además, los lobistas en el Congreso de la Unión de las empresas nacionales e internacionales de la comidita chatarra son eficientes y eficaces operando con los legisladores federales para bloquear iniciativas de ley en contra.
Y, claro, claro, claro, acostumbrados los menores durante tantos años (a veces desde cuando nacen) a las fritangas, ni modo de que por decreto de “un día para otro” la SEP logre el objetivo.
Chorizo puro.
PASILLOS: El intempestivo anuncio de la SEP huele a improvisación.
Una medida sin ton ni son.
Nada tienen para posicionarse en el imaginario colectivo.
Antes, mucho antes de su operativo, prudente y estratégico era buscar un acuerdo con los magnates de la comida chatarra.
Y de inmediato, otro acuerdo con los magnates televisivos pues ni modo que en nombre del presente y el futuro de los niños (ajá), las televisoras retiren y veten y bloqueen los anuncios.
Desde luego, reeducar con una campaña extraordinaria, inteligente, a los profesores para estar pendientes.
Pero más, mucho más, reeducar a los padres de familia.
Un niño llorando ante la madre y el padre por la comidita chatarra resulta cien por ciento impresionable.
VENTANAS: Más cuando está probado y comprobado el rechazo de los menores por alimentos, digamos, nutritivos.
Uno, la fruta. Dos, las verduras. Tres, el pollito y el pescado.
Cuatro, ejercitarse cada tarde. Y más, luego de la comida y la cena.
Cinco, el rechazo total y absoluto al refresco de cola.
En fin, la SEP con “sus palos de ciego”.
Hasta ahí llega el pedagogo Mario Delgado… (lv)