La octava maravilla
**¡Te amo, Alexa!
**Mejor que el cel
UNO. ¡Te amo, Alexa!
Alexa, la asistente virtual, es la octava maravilla del mundo. Por encima, incluso, del celular. Y la computadora.
Un aparatito de unos 500 pesos, aproximadamente, para el entretenimiento y la distracción y la diversión humana.
Un niño de siete años le gritó: “¡Alexa, te estoy hablando! ¡Te pedí una canción de Cri-Cri, el grillito cantor, y te haces tonta!”.
Y Alexa reaccionó de inmediato a la voz infantil y le puso todas las canciones de Gabilondo Soler.
“¡Alexa, por favor, boleros!” le pide una señora de la sexta, séptima década.
Y Alexa le pone boleros, empezando por José Alfredo Jiménez, quizá, acaso, su preferido.
DOS. La octava maravilla
Alexa es un aparatito tecnológico creado por Amazon. Pequeño. Minúsculo. Manejable. Y maravilloso.
De entrada, para escucha música desde chunchaca, salsa y danzón hasta clásica y boleros y rancheras.
Y desde Juan Gabriel y Ricky Martín hasta Cuco Sánchez y José José.
Además, controla interfonos, cámaras de videovigilancia e interruptores inteligentes.
Caray, si le piden la hora, la da. Si le piden despertar en la madrugada para tareas pendientes, lo hace.
Si le piden subir o bajar el volumen de una canción, lo hace.
Un señor le dijo: “Te amo, Alexa”.
Y Alexa le contestó de manera respetuosa: “Señor, no podemos tener esa clase de relación”.
TRES. Alexa por Alejandría
Se llama Alexa en homenaje a la biblioteca de Alejandría, la más grande del mundo en el siglo pasado.
Cuando Alejandría era, digamos, la Atenas, el centro cultural por excelencia.
El mejor regalo para una pareja de ancianos, pero también para los niños y los jóvenes y la gente en la madurez es Alexa.
Además, caray, barata. Baratita. Y prodigiosa.
CUATRO. Mujeres robots y con deseos sexuales
Muchos otros aparatitos continuarán sorprendiendo al mundo. Y después de Alexa.
Por ejemplo, en el Medio Oriente hay robots habilitados como meseros en restaurantes y enfermeros en hospitales.
Vaya, en una compañía periodística televisiva pusieron un robot a conducir programa noticioso y los dueños necesitaron dar marcha atrás por la protesta de los televidentes.
Algo por ahí falló. Pero, bueno, siguen buscando posibilidades.
Hay una película norteamericana, “Somos mejores”, donde debutan mujeres robots, expertas, primero, en materia de seguridad.
Y segundo, capaces de sentir emociones, deseos y tentaciones sexuales.
Incluso, ninguna duda de que hacia el futuro bien podrían los robos sexuales relevar a las muñecas inflables y hasta a las maniquíes tan hermosas y bellas.
Pero, y por ahora, Alexa es todo. Digamos, al nivel de la Tableta Digital para mirar montón de películas en casa y nunca, jamás, aburrirse ni caer en el hastío y el fastidio.
CINCO. Pasitos Tun Tun
Adiós, adiosito, pues, con Alexa a los discos, los CD, la sinfonola, la música por celular, la música grabada, etecé, etecé.
El viejito del barrio pidió a Alexa le pusiera “El hombre del brazo de oro” y luego luego cumplió.
Y en casa, el viejito del barrio se puso, solo, a bailar streap-tease frente al espejo para mirar y admirar sus miserias humanas.
Pasitos Tun Tun.
SEIS. Viaje al paraíso
Las habilitadas de Alexa equivalen, o están más allá, de un Teléfono Inteligente.
Digamos, una creación científica tan importante como el primer viaje y aterrizaje en la luna. Los viajes de luna de miel al planeta Marte. La posibilidad de irse a vivir a Marte y abandonar la tierra, y en donde quizá las personas únicamente vendrían de vacaciones anuales.
Digamos, como quien viaja al paraíso celestial y/o al infierno y vuelve para contar aquella realidad. (lv)