El viejazo pega duro
**La pareja tolerante
**Gente de poca mecha
**Vivir, una apuesta
EMBARCADERO: En la vejez, el eslabón perdido se llama Tolerancia... Casi casi como la búsqueda de Diógenes lámpara prendida en la mano al mediodía del Hombre Honesto... El Hombre Ideal y que, por cierto, nunca encontró... De igual modo, como en el caso de la Tolerancia, la más alta virtud para entender y comprenderse entre parejas... Claro, claro, claro, la prudencia y la mesura también son necesarias en las relaciones con el resto de la familia, los hijos,
los nietos, los hermanos, los tíos, los primos… Pero, sobre todo, cuando se vive en pareja… Y con una pareja igual, es decir, de la sexta, séptima y octava década…
ROMPEOLAS: Tiempo cuando por el hecho más insignificante, intrascendente, la pareja suele pelear… Y pelear con furia como si se tratara de la tercera guerra mundial… Y cuando basta y sobra una palabrita de más, incluso, mal entonada, para originar una fisura en la relación cordial… Momento estelar cuando si la pareja es de poca mecha, entonces, la separación, la ruptura, el divorcio, resultan inminentes, pues de lo contrario, se vive un infierno perpetuo…
ARRECIFES: El viejazo (está probado y comprobado) suele incidir de forma diferente en cada persona… Cada parte cargando y arrastrando enfermedades y achaques y botiquín… Cada uno con nostalgia y recuerdos… Y con sus agravios jamás olvidados cometidos por la pareja… Y por eso mismo, con los reproches de por medio… Vaya, la Tolerancia es tan necesaria cuando, por ejemplo, uno al otro en la pareja pudo hacerse mil favores, digamos… Y cuando alguien pide el favor mil uno y se lo niegan entonces arde Troya… Y ni entrando de rodillas a la Basílica y con las manos extendidas al cielo y con ojos en trance esotérico la Tolerancia aparece por ahí…
ESCOLLERAS: En la vejez suelen darse pleitos por muchas cosas intrascendentes y superficiales… Que por alguien la pareja amaneció de malas culpa a la otra… Que porque todo el día una pareja está encerrada a la otra le llueve en el surco fértil… Que porque nunca una plática con la otra, la declaratoria de guerra… Que porque hoy no te bañaste, palabrerío seguro… Que no me ayudas porque tengo problemas para caminar, la maldición garantizada… Que porque eres tóxico y resultas intolerable me iré a vivir con mis hijos…
PLAZOLETA: En ninguna escuela del mundo enseñan el ejercicio de la Tolerancia… Ha de aprenderse (ni modo) en las horas del día y de la noche… Y de los meses y los años… Y estar conscientes y seguros que el par de verbos más hermosos y fascinantes del idioma son entender y comprender… Y entender y comprender a la pareja, antes, mucho antes de un arranque de violencia verbal… Incluso, violencia física… Digamos, como en aquellos casos donde el hombre mata a su pareja embrujado por el demonio…
PALMERAS: Está claro: la vida es una apuesta… Y como siempre, en la apuesta puede salir perdiéndose… Y la gran posibilidad de terminar juntos el viaje conyugal es la Tolerancia… Dicen por ahí que más que los celos, el hastío y el aburrimiento matan el amor… Cierto… Pero al mismo tiempo, la Tolerancia cuenta mucho… Demasiado… En exceso… Incluso, es la clave para sobrellevar la vida luego de tantas décadas de convivir en casa… Con todo y que pudieran atravesarse tentaciones corpóreas de lado y lado… (lv)