Caras y gestos…
I (Cuitláhuac, estreñido)
Los últimos días de García, Cuitláhuac, el góber salsero, en el mando sexenal bien pueden resumirse en tres palabras: “Caras y gestos”.
Por ejemplo, sus “caras y gestos” en el “Día del médico”, en Xalapa, de acuerdo con el gran estudio fotográfico tomado por la fotoperiodista Yerania Rolón.
La gran secuencia gráfica y en donde cada gesto y expresión de la cara manifiesta su emoción social, digamos.
Su filosofía de vida.
“La plenitud del pinche poder” como exclamara el clásico.
Casi casi, “por mis gestos me conoceréis”.
Quizá la foto clave donde García aparece con una expresión en la cara como si estuviera en el baño “en la íntima intimidad”.
Y como si estuviera estreñido.
Con los ojos mirando la pared y la mirada fría.
A la expectativa
Entre mejor ponerse de pie y dejar el mundo por la paz.
Ido.
Ausente.
En trance fisiológico
Y en viaje sideral.
Las arrugas en las comisuras.
Y con los labios tensos.
Esperando un milagro con el intestino.
II (Un viejito en el palacio)
En la contraparte, la foto con un García viejo.
Envejecido.
Los ojillos cerrados.
Los labios apretujados.
Las comisuras más pronunciadas.
La calvicie creciendo en tierra fértil.
Las canas adueñándose del cabello y que hacia el inicio del sexenio fue de color negro.
Las arrugas multiplicándose en la frente como las líneas en un lavadero colectivo.
Y la mano izquierda con los dedos índice y cordial en pie de lucha, alzados, y los otros doblados, quizá arrodillados.
Y la corbata guinda y marrón para reiterar la militancia en la izquierda.
Un viejito…
El viejito izquierdoso.
III (“Aquí mando yo”)
García, con el dedo índice izquierdo profetizando.
Digamos, advirtiendo.
Quizá, precisando cositas y hechos.
Y con el índice izquierdo, izquierdioso que desea trascender.
Incluso, como recordando que “Aquí mando yo”.
La frente, surcada con rayas irregulares, mal trazadas, crecidas con desorden.
Las canas, revelando los estragos de los años ejerciendo el poder y cargando, vaya paradoja, la cruz a cuestas.
Canas, caminos de espinas, cardos y abrojos.
Como si el poder se lo hubiera tragado.
Los ojos fijos.
Ninguna sonrisa.
Un rictus en los labios.
IV (El Guasón del palacio)
La mano izquierda de García con los dedos extendidos como arcoíris y/o abanicos.
Y sobre el pecho, a la altura del corazón guinda y marrón.
Los labios, retorcidos, como El Guasón en filme cinematográfico memorable, citable y bíblico.
Las arrugas, enmarcando los ojos revirados.
Caras y gestos, por cierto, repetido durante casi seis años.
V (“¿Qué te crees, cabrón?”)
La mirada como un cuchillo cebollero.
Filoso.
Los ojillos casi cerrados.
Un hilillo de luz siniestro y sórdido en la mirada.
Los ojos, como mirando con lupa.
Rayos Equis.
Como desafiando: “¿Pos que te crees, cabrón?”.
“Yo soy el gobernador y tú ni siquiera me pisas los talones”.
El jefe máximo.
El tlatoani.
El gurú.
El Quetzalcóatl haciendo un favor a los mortales por el simple hecho, digamos, de platicar y/o de intercambiar barajitas o navajitas.
VI (El Cuatro Dedos)
Los cuatro dedos de García.
La 4T.
La Gran Cuarta Transformación, ajá.
Los cuatro días en que Luzbel fue convertido en demonio.
Los cuatro días que Pandora demoró en llegar a la tierra con la caja de Zeus conteniendo todos los males del planeta.
Las cuatro amantes de Ernest Hemingway.
Los cuatro amantes estelares de Truman Capote.
VII (Caras y gestos)
Caras y gestos de García, Cuitláhuac, el góber.
El estudio sicológico de la fotoperiodista Yerania Rolón.
Las fotos, como los hechos, lo dicen todo. (lv)