La SEV, autócrata
I (Quince días de paro magisterial)
El estilo personal de ejercer el poder y gobernar de la 4T jarocha en los últimos seis años queda retratado con un caso insólito en Zongolica:
Durante quince días, los maestros de la secretaría de Educación de Veracruz, SEV, en la montaña negra de Zongolica se declararon en paro de labores.
Razones poderosas:
Una:
El delegado Regional de la SEV, Marcelo Tepole Ramírez, acusado de prepotente, autócrata y soberbio con los colegas profesores.
Dos:
Marcelo señalado de malos manejos en la SEV.
Tres:
Marcelo denunciado por acoso sexual en agrario de una maestra.
Cuatro:
Entonces, y ante el desdén y el menosprecio, la indiferencia y la apatía, el autoritarismo y el valemadrismo de la SEV, los profesores se fueron al paro.
A, tomaron las instalaciones de la SEV.
B, bloquearon las carreteras y los caminos.
El único objetivo: su destitución.
Y transcurrió un día, dos días, tres días, cuatro días, cinco días, seis días, siete días, ocho días, nueve días, diez días, once días, doce días, trece días, catorce días y quince días, y la SEV en el silencio, y que significa un peor lenguaje que el idioma hablado.
Y hacia los quince días, la SEV, digamos, reaccionó.
Pero de manera sospecha, anunciado que el delegado de la SEV era o estaba destituido.
Indicativo y significativo cuando en el paro de labores participaron por igual los maestros del SNTE tanto de la sección 34 como 56 (La Jornada Veracruz, Juan José Enríquez).
Y como “la mula no era arisca”, los maestros recibieron la noticia, pero decidieron seguir en el paro… hasta el nuevo nombramiento.
García, el góber, manifestando en toda su dimensión estelar el ejercicio del poder.
Quince días, caray, para que la SEV aceptara la realidad real.
“La cruda verdad”.
Bien dice la filósofa de la Fiscalía General: “Aquí mando yo”.
Y como proclama el viejito del barrio: “Si el jefe se equivoca, vuelve a mandar”.
Desde luego, quizá aplicando la enseñanza de don Adolfo Ruiz Cortines de dejar que los problemas envejezcan y se resuelvan solitos.
Pero en el caso, como al topo de Carlos Marx, a la SEV (y al góber) les faltó sensibilidad para “medir el agua a los camotes”.
Los profes, quince días en paro.
La indiferencia total y absoluto de García a los pendientes sociales.
Al coraje social.
A la indignación crónica (y justa) de la población.
II (Aquí mando yo: la SEV)
Marcelo Tepole Ramírez, acusado de pilluelo y de acosador sexual.
Los profes, sus compañeros, sublevados a los abusos y excesos del poder público.
Apenas, apenitas, se trepó a un ladrillo y empezó a levitar.
Y lo inverosímil, protegido en la SEV.
¿Quién o quiénes son sus padrinos, sus madrinas?
¿Por qué tanta benevolencia para Marcelo Tepole?
¿Le valió a la SEV que los niños estuvieran quince días sin clases?
¿Le valió a la SEV la inconformidad magisterial?
Más con aquella cita bíblica de que si son las doce del día y el pueblo dice que es medianoche hora de prender las farolas.
¿Un paro de quince días en la indiferencia para proteger al delegado de la SEV cuando el sexenio está a unos días de concluir?
¿Creerán en la SEV que así imponen su ley y se hacen respetar?
¿Qué le deben la SEV o García a Marcelo?
¿Tan poderoso es Tepole que ni siquiera la solidaridad del par de sindicatos fue suficiente para una solución “rápida, pronta y expedita”?
¿Le vale a la SEV la insurgencia magisterial más ahora cuando van de salida?
Por lo pronto, el rechazo total y absoluto al diálogo.
El intercambio de barajitas, puntos de vista.
La búsqueda de encuentros en vez de desencuentros.
Vaya, la obsesiva obsesión de la SEV de imponer su criterio (“Aquí mando yo” dijo aquella) ante el clamor magisterial.
Lo escrituró el presidente Benito Juárez García: “Para los amigos, justicia y gracia. Y para los otros, justicia a secas”.
En Zongolica, con el profe y delegado acosador, la justicia, digamos, llegó a los quince días cuando fue destituido.
Quince días, claro, de cerrazón oficial.
Por fortuna, los profes se mantuvieron en la raya. Sin doblarse ni arrodillarse al palacio de gobierno de Xalapa.
La SEV, evidenciada. (lv)