Políticos virtuosos
**Casi casi raza de oro
**Gabinete 2024/2030
ESCALERAS: Adolf Hitler soñó con la raza pura. José Vasconcelos Calderón con la raza cósmica. En el norte del país, un corrido cuenta la historia de la raza de oro. Los migrantes.
Y en Veracruz, los días y noches caminan eligiendo (quizá con lupa) a los políticos más virtuosos.
Honestos entre los honestos. Inmaculados entre los inmaculados.
Todos, para integrar el gabinete para el sexenio 2024/2030.
Todos ellos (y dudarlo significa un pecado mortal), los políticos más virtuosos.
La raza de bronce que tomará posesión el primero de diciembre. Y para enaltecer y dignificar la vida de los seis millones de habitantes en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos como el paraíso terrenal.
PASAMANOS: Son y serán durante seis años, los mejores entre los mejores.
Los impolutos. Los transparentes. Son mujeres y son hombres “pero parecen gigantes”.
En la vida, dice el vejetete del barrio, cada persona tiene necesidad de crecer y desarrollarse y progresar, pues ni modo de escalar el peldaño más alto del poder para contemplar la luna, las estrellas, los satélites, los ovnis, los extraterrestres.
CORREDORES: En el palenque público y desde hace un ratito, algunos nombres con los cargos públicos son manejados.
Y en todos los casos reluce, por ejemplo, y entre otras virtudes, la cercanía con la gobernadora electa.
Cercanía llena, claro, de afecto, cariño, respeto y admiración.
Pero más, mucho más, de lealtad probada y comprobada y en las horas difíciles de las definiciones políticas.
Se ignoran las capacidades, aptitudes, cualidades y atributos intelectuales, sociales, morales, profesionales, de cada uno.
Pero basta y sobra con la amistad (y la confianza, claro) de la jefa máxima para estar, ser, escalar y trascender.
BALCONES: Por lo regular, observa el sociólogo del barrio, los políticos llegan al poder con los amigos, pues significaría una locura, digamos, integrar un gabinete con los enemigos.
Los enemigos, enemigos son, con todo y que a veces suelen transfigurarse en amigos ejemplares, “a prueba de bomba”, leales y con lealtad perruna.
Desde luego, y en cosas de la administración pública, nunca faltan los recomendados de un jefe de jefes y a quien de manera difícil se le puede dar una negativa.
Pero la política (ya se sabe) es así.
Incluso, un recomendado puede ser nombrado coordinador de asesores políticos del jefe máximo y nunca, jamás, ni por error y/o accidente, tomarlo en cuenta.
Al ratito, relegado y desplazado, solito renunciará y que le vaya bien.
PASILLOS: En contraparte, basta y sobra con que el político encumbrado tenga una amistad de muchos años y total confianza para ungirlo con un trono inesperado.
En política, está probado y comprobado, tener un amigo así equivale a sacarse el premio mayor de la Lotería Nacional y/o el del Melate. Y sin comprar billetito ni jugar.
Más cuando en ellos hay una vocación universal para volverse socio, aliado y cómplice del jefe máximo.
“Si tú dices sapo yo brinco” es el lema religioso y místico de ellos.
VENTANAS: En política, los amigos amigos son aquellos con quienes se pueden hacer negocios lícitos e ilícitos.
Una cosita es el amigo para ocupar un cargo público. Otro es amigo para las francachelas del poder. Otro, el amigo para eliminar a los enemigos incómodos e indeseables.
Pero el amigo preferido está dispuesto a tirarse a las cañerías y volver la vida pública un estercolero.
Y como reza el dicho político, “si te cachan, te echas la culpa y te callas”. (lv)