Vivir con austeridad
**Lujos, lujos son
**Nada llevas al morir
EMBARCADERO: Entre las cositas y hechos más grandiosos (y útiles) es vivir con austeridad... Un maestro de la facultad de Economía de la Universidad Veracruzana, solía afirmar que “para ser feliz únicamente necesito dos mudas de ropa... La del día y la que están lavando”... Y llevar los días y las noches con austeridad, así, incluso, se tengan recursos económicos suficientes... Incluso, para derrochar... Los lujos, está probado y comprobado, lujos son
Y nada más sirven para alardear ante los demás… Ropa de marca… Zapatitos de marca… Bolsas de marca… Mansión en vez de una casita… Comilitonas en restaurantes de lujo y con lujo… Viajes en el mundo y por el mundo… Simplemente, la frivolidad en su más alto decibel…
ROMPEOLAS: Lo ideal es vivir con austeridad y disfrutando, en todo caso, los placeres naturales… Por ejemplo, la bahía en el Golfo de México… La playa… La arena… El vuelo de las gaviotas en fila india… La noche… La luna (la de octubre, la más bonita, reza la canción)… Las estrellas… La brisa marina… Las picadas y gordas en el Sanborcito de La Huaca… El cafecito de olla… Cumpliendo cada día en tiempo y forma con la jornada laboral… Y con la mayor eficiencia y eficacia posible…
ARRECIFES: El dicho popular es sabio: “Nada llevas cuando mueres”… Claro, en el otro lado del palenque está el proverbio de que “lo bailado nadie lo quita”… Cierto… Pero, entonces, quizá valdría la pena cavilar y sopesar el mejor mundo para vivirse en el día con día y noche con noche… Y, bueno, si hay quienes gustan de los lujos, pero más todavía, lucirse ante los demás, ¡hosanna, hosanna!... Y que los astros se acomoden a favor de cada uno…
ESCOLLERAS: Nada placentero como pasar inadvertido… Y centrarse y concentrarse en la familia… El economista Agustín Silvestre Acosta Lagunes, quien gobernara Veracruz, tenía la siguiente filosofía de vida: “Mi familia únicamente son mi esposa y mis dos hijos”… Y así caminó en la vida y en la política… Cada quien con sus valores, pero al lado de la austeridad domina y predomina la certeza de que la temporada de las vacas flacas es más acentuada que el tiempo de las vacas gordas… Y de cara a la sexta, séptima, octava década, nada como ahorrar… Ahorrar para los tiempos malos…
PLAZOLETA: Más, cuando se tiene claro que el tiempo de la juventud y la madurez son más cortos que el tiempo de la vejez… Y cuando, además, en la juventud la vida se va en la pachanga y la disco y las reuniones festivas, y en la vejez, los días y las noches giran alrededor del consultorio médico, la farmacia para comprar las medicinas y en el quirófano en el hospital para una operación de emergencia… Peor, mucho peor, cuando los ahorritos en el cochinito (y/o en cuentita bancaria) son limitados…
PALMERAS: La austeridad siempre ha sido una búsqueda personal y familiar inacabable… Antes, mucho antes, famosa era la austeridad con que vivían los monjes en los monasterios… Y cuando el mundo fue azotado por las recesiones, la vida austera se puso de moda… Más, cuando la clase media pasó a clase baja y los pobres fueron reducidos a la miseria y que, como se sabe, constituye el último grado de la dignidad humana para los satisfactores básicos… Pero, bueno, cada familia tiene su espacio y tiempo y cada parte define su libertad para vivir de la mejor forma posible… (lv)