Político leyenda
**Multipartidista
**Modelo en el siglo XXI
ESCALERAS: Veracruz tiene un hombre leyenda. Es la leyenda del siglo XXI. Es un político que debió vivir en el siglo XVIII cuando los hombres eran universales. Y tenían multiplicidad de oficios.
De hecho y derecho, es un político multicolor. Digamos, como el arcoíris.
En la administración pública se ha puesto el uniforme de casi casi todos los partidos políticos.
Priista. Panista. Verde. Petista. Perredista. Y ahora, caray, de MORENA.
Es más, su biógrafo asegura que en MORENA le ha ido de “maravilla para arriba”.
PASAMANOS: En MORENA, por ejemplo, carrera meteórica. Con los astros acomodados a su favor. Buen karma. Mejor fario.
Diputado local. Luego, encumbrado como presidente municipal. Ahora, y de cara al sexenio 2024/2030, destapado como subsecretario General de Gobierno.
Y en donde alternará, por lo pronto, con par de alcaldes en funciones.
Ricardo Ahued Bardahuil, de Xalapa, expriista y exmorenista, secretario General de Gobierno.
Y el alcalde de Martínez de la Torre, secretario de Desarrollo Agropecuario. Citricultor modelo.
Se llama José Manuel Pozos Castro y es la primera autoridad municipal en Tuxpan.
La Tuxpan de don Jesús Reyes Heroles, el último místico de la revolución mexicana.
Pero también, la Tuxpan de César “El Tlacuache” Garizurieta, aquel de la frase memorable, citable y bíblica de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Y el día cuando quedara fuera del erario fue congruente consigo mismo y se suicidó.
CORREDORES: Los vientos a su favor le han llegado a Pozos Castro en MORENA con intensidad volcánica.
Uno de sus hijos, por ejemplo, acusado de agresor sexual en la secretaría de Finanzas y Planeación y despedido por órdenes superiores fue anunciado como futuro director del Instituto de la Vivienda.
¡Hosanna, hosanna!
¡La nueva moda del político ideal y soñado!
Con todo y que luego de la titularidad en el C-4, Pozos Castro fuera inhabilitado durante diez años.
Y si “veinte años no es nada”, menos diez años, qué caray.
BALCONES: Son los tiempos corriendo.
La llamada “purificación moral y la honestidad valiente” del obradorato, puro cuento y chorizo.
Claro, a tono con Jezabel, la putita del Apocalipsis y a quien el Ser Superior ofreció el perdón a cambio de dejar “la vida loca”, y ella prefirió continuar de mesalina y teniendo un montón de amantes para calentar las sábanas de su tálamo.
PASILLOS: Es la versión del político en el siglo XXI. “La moral, decía el cacique potosino, es un árbol que da moras”.
Además, la filosofía popular de que cada persona, cada ser humano, cada político, cada predicador, tiene su moral.
“Soy católico… pero a mi modo” exclaman aquellos.
“Gracias a Dios… no creo en Dios” dijo el pintor célebre.
Más que los códigos de ética…
Y más allá, digamos, de los principios y valores…
Y de la llamada “Cartilla Moral” del escritor Alfonso Reyes, lo importante es la eficacia y la eficiencia, primero, en materia electoral.
Y segundo, en el destino del billete público.
Y tercero, en los negocitos ilícitos y lecitos que pudieran conjugarse en todos los tiempos gramaticales.
VENTANAS: Bastaría recordar que cuando Ricardo Ahued fue sacado del mostrador de la tienda para ser lanzado como candidato priista a la alcaldía de Xalapa en el primer periodo, la fama pública de que desde la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, fue financiado en todo y con todo a través de sus operadores.
Además de que en el Fidelismo le compraron cantidades masivas de peltre para obsequiar a los vecinos jodidos y en la pobreza y la miseria de las colonias populares. (lv)