La vida desplumada
**Narcos en Veracruz
**Un Estado Falllido
ESCALERAS: Los balazos y la sangre que escurren las horas de los días y las noches en los cuatro puntos cardinales de Veracruz expresan “la cruda realidad”:
El Estado jarocho en las manos de los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos.
Es el caso en Tuxpan, entre tantos otros, y luego de las masacres en Martínez de la Torre, Perote y Tecolutla y las seis colombianas desaparecidas en Boca del Río durante seis días.
PASAMANOS: En Tuxpan, los siguientes hechos y en ningún momento inventados por la prensa que suele “presentar cosas inexistentes” según García, el góber:
Uno, ajustes de cuentas que entre par de carteles.
Dos, fuego cruzado entre la policía y los malandros.
Tres, clases suspendidas en el servicio escolar básico que porque los padres decidieron abstenerse de enviar a sus hijos el viernes anterior.
Cuatro, la Universidad Veracruzana apostando a las clases por Internet como en el tiempo del COVID.
Cinco, García, el góber, asegurando (¡qué caray!) que todo está bajo control.
Bajo control, claro, luego de los días revolcados vividos y padecidos por la población.
CORREDORES: En forma paralela, el otro “infierno tan temido”.
Miedo. “Miedo al miedo”. Pánico. Terror. Horror.
Angustia y desesperación si a un familiar los tiros lo sorprendieron en una calle, una avenida, una plaza comercial, en un restaurante, un café, con los amigos y compañeros, en la oficina y el taller.
Simplemente, el Veracruz que la llamada Cuarta Transformación ha dejado como herencia.
Un Veracruz ensangrentado. Con muchos, muchísimos traumas en la vida cotidiana.
Y, claro, la convicción de que las tribus guinda y marrón son, han sido, serán, incapaces de restablecer el Estado de Derecho, aquel que en teoría garantiza la seguridad en la vida y los bienes.
Más, mucho más, en la vida, porque los bienes van y vienen…, si regresan como en la historia bíblica de Job, el paciente.
BALCONES: El epicentro de la violencia la semana anterior fue, en términos generales, el norte de Veracruz.
Digamos, que ahora le tocó al norte.
Pero una constante ha sido en la 4T (que ahora van por el segundo piso) el desplumadero de la vida y la tranquilidad y la paz y la convivencia en los cuatro puntos cardinales.
Igual, igualito, o peor, que el norte, el sur, el este y el oeste de la entidad jarocha.
PASILLOS: A un mes y tres semanas y media del fin del sexenio de García, ya ni jeremiquear es bueno.
En las siete semanas y cacho ni modo que revierta la tendencia malandresca en que hemos estado el resto del sexenio.
En su consuelo y “golpes de pecho”, García, dirá, primero, que fue la herencia de sus antecesores.
Y segundo, que igual está el resto de la república de “los abrazos y besos”.
Cierto, cierto, cierto, pero ha de precisarse que García está en el sexto año ejerciendo el poder y los resultados son atroces y demoledores.
VENTANAS: Y, bueno, premiarlo con un cargo público en el gabinete ampliado de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo podría considerarse un agravio social a la población.
Así, tal cual, “al pie de la letra” sucedía en el largo y extenso y traumático tiempo priista.
Y en los doce años panistas en el Palacio Federal.
En todo caso, resignación.
Las tribus políticas siempre mandan.
Y si se equivocan, qué caray, vuelven a mandar.
Y como si nada…
Además, el pueblo aguanta. Y aguanta mucho. (lv)