de los reporteros y los escritores.
Y en el caso de Veracruz, el góber guinda y marrón en las grandes ligas de la mitomanía.
De hecho y derecho, una constante en el viaje sexenal.
Digamos, como el estilo personal de ejercer el poder y gobernar.
Por ejemplo, el caso de García, Cuitláhuac, el góber: Mintió cuando jurara y perjurara que en dos años pacificaría Veracruz. (Y van seis y hay un Veracruz ensangrentado con tiradero de cadáveres en los cuatro puntos cardinales).
Mintió cuando en un informe en Tlacotalpan asegurara que “aquí las mujeres pueden soñar”. (Y cuando Veracruz ocupa el primer lugar nacional en feminicidios y con unos novecientos niños huérfanos, aprox.).
Mintió cuando a cada rato dice que “los asesinos (de tal o cual crimen) ya están localizados. Y que les siguen la pista. Y que pronto caerán pues tienen un retrato hablado. Y que habrá justicia. Y que ningún homicidio quedará impune.
Mintió cuando alardea que en el sexenio ha sacado de la miseria y la pobreza a medio millón de personas. (Y cuando, caray, sería suficiente con publicar la lista de unas cien personas que han brincado de la clase baja baja a la clase media media para creer en su palabra).
Mintió cuando declarara que en el sur del Estado hay narcos presidentes municipales y sin que en ningún momento, primero, aportara pruebas, y segundo, presentara la denuncia penal en la Fiscalía General para proceder.
Mintió “dándose golpes de pecho” de un sexenio a tono con la purificación moral de que en su equipo legal y ampliado hay funcionarios impolutos y honestos “a prueba de bomba” cuando el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior ha interpuesto denuncias penales del (presunto) desvío de recursos oficiales y ninguna ha procedido.
Mintió sobre la procuración de justicia cuando hay 34 (treinta y tres) Colectivos integrados con padre con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos buscando a los suyos.
Y mintió más cuando la mayoría de los 33 Colectivos (¿serán todos?) se quejan del menosprecio y el desdén con que son tratados por la Fiscalía, a tal grado que, incluso, los padres de los chicos desaparecidos están muriendo por muerte natural sin lograr el objetivo superior.
Mintió sobre el nepotismo purificándose que nunca lo ha practicado está manifiesto del respaldo inverosímil a uno que otro hermano.
Y de paso, a los amigos.
Mintió con el subejercicio fiscal y que consiste en devolver recursos públicos a la Federación que por incapacidad para aplicarlo en obra de infraestructura.
Mintió sobre la aplicación de la justicia “pronta, rápida y expedita” a los familiares de los diez trabajadores de la información asesinados en el viaje sexenal y quienes siguen reclamando la observancia de la ley.
Mintió sobre una obra pública “sin paralelo en la historia” local cuando si por ahí construyó un salón de clases y/o un parquecito, pavimentó una callecita, introdujo el agua potable en una comunidad, podó unos camellones, simplemente se trata de su obligación institucional.
Mintió cuando afirmara que “los medios presentan hechos inexistentes” en Veracruz a propósito, entre otras cositas, de la violencia descarrilada de norte a sur y de este a oeste escurriendo sangre por todos lados.
Mintió cuando a los indígenas de Soteapan les pidió liberar la presa Yuribia porque se los solicitaba él, Cuitláhuac, un indígena más porque me llamo Cuitláhuac y porque mis cinco hermanos también son indios pues llevan nombres a tono con la raza de bronce y que en el norte del país es llamada en un corrido “la raza de oro”… por los migrantes.
Mintió cuando juró que hacia el final del sexenio toda la población de Veracruz tendría una mejor calidad de vida.
Y mintió cuando dijo que en Veracruz la gente lee y lee mucho para congraciarse con el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo I, con su “República de los Lectores”.
Mintió a los Colectivos (hijos y parientes desaparecidos) según denuncia del recién formado, “Rastros de amor” y en Xalapa.
Y mintió, mejor dicho, engañó a todos cuando el día de la toma de posesión se luciera con la Barbie de Liverpool a quien tomara no de la mano como una pareja de novios sino de la muñeca, igual, igualito que cuando el escritor Truman Capote bailaba con Marilyn Monroe en “El Moroco” de Nueva York tomada de la muñeca.
¿Habrá mentido cuando alardeó de un posgrado en Alemania y en donde (aja) inventara un misil?

II (¿Tendrá aciertos sociales?)

Hacia el final del sexenio, el ciudadano de a pie y motorizado se pregunta, por ejemplo, si el góber habrá logrado uno que otro acierto social.
Y la respuesta gira como moneda de cobre en el Veracruz turbulento y huracanado que heredará…
Y como dice el Apocalipsis, “el que tenga ojos… que lea”. (lv)