Presidenta maniatada
**Bloqueo obradorista
**Hechuras de AMLO
EMBARCADERO: ¡Está canijo, duro y rudo, es, será, trabajar la presidenta Claudia Sheiunbaum Pardo con ministros de Estado nombrados por el ex Andrés Manuel López Obrador!
¡Y está canijo porque debiendo el cargo público a AMLO, entonces, toda la lealtad del mundo se la deberán a López Obrador y en ningún momento a Sheinbaum!
Y más duro, porque entonces, la presidenta de la república atada y maniatada por todos lados para tomar decisiones y establecer
la pauta a seguir.
Y más duro porque, de igual modo, se creerá y sentirá y percibirá vigilada desde el mismo sistema político.
ROMPEOLAS: Más cuando y como en el caso se trata de secretarios de Estado claves.
Entre otros, la secretaria de Gobernación. Y los secretarios de Hacienda y Crédito Público y de Educación.
Y el Fiscal General de la República.
Y los directores del ISSSTE e INFONAVIT.
Y los consejeros presidenciales encabezados por Jesús Ramírez Cuevas, el antiguo vocero del obradorismo en Palacio Nacional.
Además, del coordinador de senadores de MORENA en el Senado.
Y el coordinador de la bancada de diputados federales en la Cámara Baja.
Y ni se diga, la presidenta y el secretario de Organización del CEN del partido político de AMLO, MORENA.
ARRECIFES: Simple y llanamente, todos ellos, entre otros tantos, son hechura de AMLO.
A AMLO le deben lo que han sido en la administración pública.
Y desde luego, ahora, en el gabinete de la presidenta de la república, también la lealtad y la gratitud a AMLO.
En un conflicto de intereses, objetivos, planes, proyectos, programas, en donde, por ejemplo, relucieran los puntos de vista de Sheinbaum con los de AMLO, el gabinete impuesto respondería con hechos a la lealtad obradorista.
ESCOLLERAS: Durante dos años, el presidente Lázaro Cárdenas del Río “aguantó vara” con el gabinete que su mecenas y antecesor, Plutarco Elías Calles le impuso.
Impuestos, además, los gabinetes por Calles a Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez y Pascual Ortiz Rubio.
Entonces, veinticuatro meses después de tomar posesión del Palacio Nacional, Lázaro Cárdenas asestó el manotazo y exilió a Calles en Los Angeles y en los días siguientes todos los políticos callistas amanecieron cardenistas.
Y, claro, Cárdenas cambió el gabinete legal y ampliado por completo sin ninguna huella, ni por error, accidente o equivocación, de Calles.
PLAZOLETA: Ya se verá y conocerá el tiempo político y social y moral de Sheinbaum para proceder, digamos, con la enseñanza de la historia de Lázaro Cárdenas.
Más, teniendo al nieto del general y presidente de la república, Lázaro Cárdenas Batel, como jefe de la Oficina de la Presidencia.
Por ahí bien podría llegar el advenimiento de un día patrio cuando Sheinbaum se sacuda al gabinete legal y ampliado de AMLO.
Será, ha de ser, una relación tersa y fina y pulida. Entendiendo, por ejemplo, que de acuerdo con la Constitución Política, cada quien tiene su espacio y tiempo y periodo constitucional para estar, ser y trascender.
Y por eso mismo, nada de autocracia ni dictadura perfecta. Ni mesianismo ni emperadores ni Césares.
PALMERAS: Pero por ahora, ni modo, aguantar vara. Digamos, como reza el dicho popular tan sabio, “el buen gavilán no chilla”.
Y ni modo que pasen los seis años del Claudismo y el equipo estelar de AMLO en primera línea como los mandamases, los tlatoanis, los chamanes.
Solo porque así lo quiere el hijo predilecto de Macuspana, Tabasco, y ahora, también, de Chiapas. (lv)