Trump por Trump
**Odio migratorio
**“Viles animales”
ESCALERAS: Nadie describe mejor a Donald Trump como Donald Trump. Por ejemplo, en el caso de su discurso migratorio para reelegirse presidente en Estados Unidos.
En Wisconsin, su diccionario de epítetos sobre os migrantes indocumentados, entre ellos, los 33 millones de mexicanos y de los cuales más de un millón son originarios de Veracruz:
Uno, migrantes, asesinos. Dos, migrantes, autores de crímenes violentos.
Tres, migrantes, monstruos. Cuatro, migrantes, “asesinos a sangre fría”. Cinco, migrantes, “viles animales”.
Seis, migrantes que “quieren violar, saquear, robar, expoliar y matar al pueblo de Estados Unidos”.
PASAMANOS: En tanto despotricó en contra de su adversaria demócrata, la candidata Kamala Harris, por defender a los migrantes asegurando que “es una deficiente mental y discapacitada mental”.
Inverosímil, por ejemplo, tanta tolerancia del expresidente Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump.
Así sea en nombre de la diplomacia.
Más, mucho más digno, y en todo caso, permanecer callado. Ignorarlo. Desdén y menosprecio con el silencio.
Más, cuando el obradorismo explicó y hasta justificó a Trump diciendo que su discurso agresivo, hiriente, ofensivo, en contra de los migrantes es porque anda en campaña electoral.
No se vale…
CORREDORES: Cierto, el candidato presidencial republicano en EU recrudece la retórica migratoria porque en las neuronas y el corazón y hasta el hígado de parte significativa de la población vive y late la xenofobia, el racismo y la segregación del siglo pasado y en contra de la población de color.
Antes, los negros en la furia social. Ahora, los migrantes.
Indicativo el odio racista de los gobernadores del Partido Republicano.
Quizá el más encendido el góber de Texas dada la frontera sur de EU con la frontera norte de México.
Vaya, hasta permitir la legalidad de los famosos rangers, los ex soldados de EU en las guerras en el otro extremo del mundo dedicados ahora a cazar ilegales en su paso por el desierto.
Bastaría recordar el filme cinematográfico “Desierto” con el actor Gael García Bernal.
BALCONES: Los 33 millones de paisanos en EU como tantos otros de América Latina y hasta de África, migran a la nación más poderosa de la tierra porque en cada una de sus regiones geográficas está manifiesta la incapacidad gubernamental para animar y reanimar la creación de empleos dignos, pagados con justicia laboral y con las prestaciones económicas, médicas y sociales de ley.
PASILLOS: Otro destino social y económico habría para los migrantes en cada uno de sus países si cada presidente y gobernador tuvieran como prioridad la creación de empleos alentando a la inversión privada, entre otras cositas y hechos, garantizando de manera concreta y específica la vida sin sobresaltos.
Bastaría referir que en el primer sexenio de la 4T guinda y marrón, el Estado jarocho se convirtió en la primera entidad federativa en la migración.
Ahora mismo, cada semana de varios pueblos de norte a sur y de este a oeste de Veracruz los paisanos se echan el morral al hombro con un par de muditas camino a la frontera norte para contratar “un pollero” que les abra el reino de los cielos.
VENTANAS: El discurso de Trump incide en Veracruz y en el resto de la nación y del continente.
Pero la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los salarios pichurrientos causan tantos estragos en las neuronas y el corazón y el hígado de los ciudadanos que les vale el infierno migrante y viven obsesionados (y con desesperación) por trabajar en el otro lado. (lv)