Domingo sangriento
**Violencia, campeona
**Impunidad en Veracruz
ESCALERAS: Fue un domingo 1 de septiembre (como le llaman los agoreros del desastre, “domingo negro”). Y explosivo. Violento. Sanguinario. Turbulento. Sangriento.
De hecho y derecho, el resumen de casi un sexenio guinda y marrón vivido y padecido desde el primer mes, diciembre del año 2018, cuando la toma de posesión.
Por ejemplo:
En Isla, rafagueado un productor de piña y su familia.
En Perote, una pareja más asesinada. Y en su casa en la colonia Veracruz.
En Potrero Nuevo, Atoyac, un dedo cercenado a la mano de un hombre y arrojado en una calle.
En Perote, un padre quitando a su señora madre los hijos gemelos.
En Yanga, un hombre partió la cabeza a otro hombre a batazos y en una cantina.
En Río Blanco, un chico albañil golpeó a su señora madre y que drogado se afirma en el trascendido y luego se suicidó.
Y en la autopista a Xalapa, un ovni atropelló y mató a una mujer (Notiver, 2 de septiembre, año 2024).
PASAMANOS: En el aviso económico, un recuadro bendiciendo y agradeciendo a la “Santita Muerte” tantos favores.
Y a un ladito, la profecía de la astróloga de no salir a la calle porque “los demonios siguen sueltos” y haciendo travesuras.
Duro y ruda la noticia de que la señora Aracely Salcedo, la gran activista de Orizaba luego de que el 7 de septiembre del año 2012 fue secuestrada su hija Fernanda Rubí en una discoteca, tiene cáncer avanzado.
Y en un hospital de la Ciudad de México lucha por su vida.
CORREDORES: En medio de tantas desgracias, los Morenos, dichosos y felices en el Zócalo del viejo Distrito Federal aclamando a su mesías tropical.
“Contigo, hasta la ignominia”.
Por fortuna, el milagroso San Judas Tadeo llegando a Altotonga, camino a Perote y Alto Lucero y camino a Cosautlán de Carvajal y Xalapa como destino final.
BALCONES: La vida hoy en los cuatro puntos cardinales de Veracruz, igual, igualito, que en otras temporadas en el infierno.
Tiempos constitucionales entre otros sangrientos como, por ejemplo, Javier Duarte, Agustín Acosta Lagunes, Jorge Cerdán, Luis Mier y Terán y Teodoro A. Dehesa.
La sangre escurriendo de norte a sur y de este a oeste.
Solo que ahora, sangre femenina y sangre de niños y sangre de ancianos.
Y en la mayor parte de los seniles con el único objetivo de robar y saquear sus domicilios particulares.
PASILLOS: A estas alturas, y luego de los primeros lugares nacionales en feminicidios, secuestros, extorsiones y fosas clandestinas…
Y en el quinto lugar nacional en desaparecidos…
Y en el primer lugar nacional en adolescentes y niñas embarazadas…
Y el primer lugar nacional en abortos, la mayoría, con “comadronas”…
Describir el Veracruz polvoriento, sangrante y violento parece “llover sobre mojado”.
Ningún trascendido oficial. Bueno, uno solo. Desdén. Menosprecio. Desprecio. Indiferencia. Apatía. Valemadrismo.
Y, claro, inculpar a los demás, incluso, a las víctimas de ser ellas mismas las responsables de la violencia alrededor.
VENTANAS: Con todo, el estilo personal de ejercer el poder y gobernar de una generación política (y de la 4T) y que bien pudiera considerarse como la Generación Perdida.
La generación que dejó pasar la oportunidad de construir y reconstruir un Veracruz digno teniendo como objetivo la igualdad económica, social, educativa, de salud, seguridad, justicia y desarrollo humano.
Pero a todos ellos les valió, pues igual, igualito que los antecesores, tuvieron como valor universal el súper ego y la súper soberbia.
“Aquí mando yo” fue el máximo grito de su paso en el territorio jarocho. (lv)