Yunes, en la pelea estelar
I (Complot oficial en contra de la familia)
Miguel Ángel Yunes Linares está en la pelea y la lucha más importante, estelar, de su vida.
La defensa de sus hijos.
Miguel Ángel, senador electo. Fernando, diputado local electo.
Ambos, en la mira obsesiva de las tribus guinda y marrón de la llamada Gran Cuarta Transformación en Veracruz.
Luis Velázquez
Entonces, con toda la experiencia lograda en el camino al Gólgota, lleno de espinas, cargos y abrojos que ha sido su vida pública, en el ring político dispuesto a todo.
La 4T le ha dado en la parte donde más duele al ser humano.
Por los hijos, la vida misma.
Por lo pronto, en rueda de prensa anunció y enunció las primeras acciones visibles que con bajo perfil otras más, sin duda.
Por ejemplo, el par de denuncias penales en contra de Cuitláhuac García Jiménez en la Fiscalía General y en donde gobierna una subalterna del góber salsero y de Éric Patrocinio Cisneros Burgos, el ex titular de la secretaría General de Gobierno.
Y, por eso mismo, Yunes lo ha precisado: “No soy ingenuo. No hay justicia en Veracruz”.
Una denuncia contra Cuitláhuac por el daño patrimonial con el caso de las videocámaras y que con todo y que el ORFIS emitiera la orden para “el cobro de la pena convencional pactada en el contrato”, nunca lo aplicó.
Y la otra denuncia por los abusos policiacos, entre otros, el asesinato de dos hermanos en Totalco y la persecución y lesiones contra estudiantes de Xalapa.
Sin rodeos ni medias tintas, el ex priista, desde hace más de veinte años panista, también denunció un equipo de persecución política en contra de sus dos hijos.
Está integrado, dijo, por los siguientes políticos.
Uno. La gobernadora electa con un representante.
Dos. Cuitláhuac García.
Tres. La Fiscal General.
Cuatro. La presidenta del Tribunal Superior de Justicia.
Cinco. La Fiscal de Investigaciones Ministeriales.
Sexto. Cinco fiscales.
Séptimo. Seis jueces.
Octavo. Diez elementos de la Policía Ministerial.
Noveno. Secretarios y actuarios.
Es decir, el aparato gubernamental de la 4T en Veracruz para evitar que los hijos de Yunes rindan protesta como Senador y diputado local.
Claro, ninguna duda de que la 4T jarocha se trepa en el Obradorismo, cuyo líder máximo, AMLO, el presidente, tiene un cortocircuito con Yunes Linares desde hace unos treinta años, aprox.
Y como con todo y el rafagueo, incluso, periodístico, de la Ciudad de México en contra de Yunes Linares, el sexenio federal se está agotando y nunca Yunes padre fue encarcelado, ahora, las elites de Veracruz van en contra de los hijos.
Y así, tal cual, se congracian con Andrés Manuel López Obrador.
Insólito, inverosímil, que las pasiones políticas estén repletas de tanta venganza.
Y con alevosía, ventaja y premeditación porque utilizan el aparato oficial en contra de un par de hermanos políticos.
En tanto, indicativo y significativo, Veracruz, el paraíso terrenal de los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros.
Y los 33 (treinta y tres) Colectivos, por ejemplo, demandando justicia “pronta, rápida y expedita”.
Suetonio en el libro “Los Doce Césares” asegura que la grandeza de una generación política está en ascender a la cima del poder despojados de resentimientos, odios y venganza en contra de los adversarios, enemigos y opositores.
Más en un Veracruz donde seis millones de los ocho millones de habitantes viven en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios pichurrientos y la migración a Estados Unidos como única posibilidad para un empleo digno, estable y pagado con justicia laboral.
La carnicería política… por encima de la justicia.
Es la dimensión política, social y humana de los dueños del poder sexenal en el territorio jarocho.
Caray, la 4T ya ganó la gubernatura por segunda ocasión.
Entonces, a ejercer el poder y gobernar con grandeza social… en vez de soñar con liquidar a los Yunes azules.
¡Qué terrible y espantoso vivir con resentimientos!
¡Y vivir para odiar!
¡Y vivir para vengarse!
¡Y vivir, como en el siglo pasado entre los políticos, para asesinarse!
¡Y vivir para cobrar venganza con los hijos y la esposa y hasta la Barbie en turno!
II (Sangrienta cacería política)
En la descarnada lucha política por el poder público, Plutarco Elías Calles ordenó el asesinato de cien seguidores del candidato independiente, José Vasconcelos Calderón.
Y Álvaro Obregón y Calles ordenaron la emboscada y crimen de Pancho Villa luego de anunciar su regreso a la política en contra del par sonorense, obsesionados con Palacio Nacional.
Y Venustiano Carranza ordenó emboscar y asesinar a Emiliano Zapata porque era incómodo e indeseable.
Y en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, seiscientos perredistas asesinados.
Y en la feroz lucha por el poder, Ernesto Zedillo encarceló al hermano incómodo de Salinas, Raúl Salinas de Gortari, acusado del asesinato de su excuñado, José Francisco Ruiz Massieu.
Y el góber jarocho, Luis Mier y Terán ordenó el asesinato por la espalda y con tiro de gracia a los nueve jarochos sublevado a una reelección más de Porfirio Díaz Mori.
Y Agustín Acosta Lagunes encarceló a José Luis Lobato Camps, director del Instituto de Pensiones con Rafael Hernández Ochoa.
Y Dante Delgado Rannauro encarceló a David Varona Fuentes, director de Tránsito de Fernando Gutiérrez Barrios.
Y Patricio Chirinos refundió en el penal de Pacho Viejo a Dante Delgado, Porfirio Serrano Amador y Gerardo Poo Ulibarri.
Y Miguel Ángel Yunes Linares encarceló a montón de Duartistas acusados de corrupción.
Incluso, al mismo Duarte.
Tiempos, entonces, del resentimiento, el odio, la venganza y el ajuste de cuentas entre las tribus políticas.
Desde el crimen hasta la cárcel.
Etecé. Etecé.
La política entonces.
La política… hoy.
La carnicería humana como la más alta cualidad y atributo en el ejercicio del poder y la tarea de gobernar.
Lo dice el proverbio ranchero: “No es indio… quien no se venga”.
“Ta’gueno”.
Por lo pronto, el góber y la sucesora ya le reviraron a Yunes Linares y ambos con el mismo argumentazo: “Es puro show”.
Ya veremos, dijo el cieguito clásico.
III (La palabra empeñada)
Lo advierte Yunes:
“Nunca me he metido con los hijos de un adversario.
Es una bajeza”.
Lo precisa:
La 4T “se metió con los míos”.
Lo advierte y constancia deja:
“Aunque sea lo último que haga en mi vida se las cobraré a todas y a todos los agresores.
No tengan duda”.
Y lo reitera:
“En su momento pasaré las facturas.
Lo haré yo.
Nadie más”.
Están, pues, avisados.
Toda su vida Yunes Linares ha sido un llanero solitario.
Lo fue cuando sonó y resonó los tambores de guerra al gobernador Agustín Acosta Lagunes y al subsecretario de Gobierno, Ignacio Rey Morales Lechuga, y consiguió la libertad de su amigo y compadre, José Luis Lobato Campos.
Lo fue cuando enfrentó al presidente del CEN del PRI, Roberto Madrazo Pintado.
Y cuando defendiera al sindicato petrolero por el financiamiento al priista Francisco Labastida Ochoa como candidato presidencial.
Y cuando se confrontara con la profe Elba Esther Gordillo.
Y cuando la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El chapo, del penal de Jalisco, y en donde pretendían involucrarlo.
Y cuando se lanzara con todo y contra toda la corrupción del duartismo, tiempo cuando montón de duartistas terminaron en Pacho Viejo.
Y, claro, cuando dio la cara al presidente Andrés Manuel López Obrador por aquella acusación de presuntos desvíos en el ISSSTE en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Más, mucho más ahora con dos hijos de por medio.
IV (Cuitláhuac según Yunes)
La rueda de prensa de Yunes también es un balance sexenal de Cuitláhuac.
Por ejemplo, las siguientes citas:
Una. El asesinato de miles de mujeres.
Dos. El crimen de periodistas.
Tres. “El dinero de las medicinas de los niños con cáncer”.
Cuatro. “La corrupción y el nepotismo brutal de Cuitláhuac y de sus incondicionales”.
Cinco. “Los recursos del Estado para perseguir adversarios”.
Seis. La muerte de los siete jóvenes en Coatzacoalcos “y la Fiscal callada y de rodillas para que la ratifiquen”.
Y de ñapa, “no fue el amor a Veracruz lo que ganó la elección de gobernadora, sino los programas sociales y la figura de López Obrador”.
La guerra de las elites políticas alcanza dimensión superior.
Nadie, entonces, se aburrirá en el próximo sexenio.
Todos, con la Magnum lista para seguir apretando el gatillo.