Veracruz “de moda en el país”
**Bueno, ya está, y con mal fario
**Revertir la tendencia, ajá
ESCALERAS: Alguien por ahí repite como estribillo, quizá cantaleta que “vamos a poner a Veracruz de moda en el país”.
“Ta’gueno”.
De entrada, ha de recordarse que desde hace tiempo Veracruz está de moda.
Lo puso, por ejemplo, Hernán Cortés cuando convirtió a Cempoala en la primera demarcación del país donde destrozaran a madrazo limpio las estatuas de los llamados dioses profanos.
Luis Velázquez
Y cuando la noche anterior Cortés se lo dijo al Cacique Gordo de Cempoala, el cacique le dijo: “Okey. Yo haré de cuenta que me agarraron de sorpresa”.
PASAMANOS: Famoso Veracruz, no en el país, sino en el mundo de acuerdo con la crónica de Bernal Díaz del Castillo, cuando en las playas de Chalchihuecan, Cortés ofrendó a la Malinche a uno que otro lugarteniente porque el conquistador llegó de España enfermo de sífilis pues era muy querendón.
Y con señoras casadas, además.
Y famoso Veracruz en el país, pero más en América Latina, cuando Agustín Lara se llevó a Toña La Negra al antiguo Distrito Federal para lanzarla como intérprete favorita.
En materia política, famoso Veracruz cuanto Antonio López de Santa Anna encarceló en las mazmorras del castillo de San Juan de Ulúa a Benito Juárez García y Melchor Ocampo, porque al indito de Oaxaca le descubrió demasiados espolones.
CORREDORES: Famoso Veracruz en el país cuando Pepe Guízar y Chabela Vargas vivieron de cara al Golfo de México, el primero, en Boca del Río, y la segunda en Antón Lizardo.
Y cuando Juan Gabriel compuso aquí una canción indicativa y significativa intitulada “Amar en Veracruz”.
Y cuando, claro, Agustín Lara compuso “la noche tibia y callada”.
Caray, más famoso Veracruz cuando el dictador Porfirio Díaz Mori ordenó a su góber precioso, Luis Mier y Terán, “¡Matar en caliente!” a los jarochos sublevados a una nueva reelección.
Y cuando, además, don Porfi ordenó, primero, matar a los trescientos obreros textiles de Río Blanco en huelga contra una fábrica propiedad de un extranjero, su amigazo.
Y luego, encaramar los trescientos cadáveres en los vagones del Ferrocarril Mexicano y trasladarlos al castillo de San Juan de Ulúa para que los soldados los tiraran en el Golfo de México.
Y amarrados a una piedra para evitar su flotación.
BALCONES: Veracruz de moda en el país gracias a la llamada Cuarta Transformación con los siguientes títulos de nobleza:
Primer lugar nacional en feminicidios.
Primer lugar nacional con niños huérfanos por la violencia en contra de sus señoras madres.
Secuestros.
Extorsiones.
Fosas clandestinas.
Y en unos de los primeros lugares nacionales en impunidad.
Migración a Estados Unidos.
La única entidad federativa donde la autoridad estatal ha sido incapaz de rescatar los miles de empleos perdidos en el tiempo inmaculado y sacrosanto del COVID.
PASILLOS: Además, Veracruz, en el quinto lugar nacional en rezago educativo.
Y el primer lugar nacional con chicas y adolescentes embarazadas.
Y el primer lugar nacional en abortos.
Y en cáncer de mamá en mujeres.
Y el primer lugar nacional en enfermos de VIH.
VENTANAS: Entonces, el estribillo de que “vamos a poner a Veracruz de moda en el país” sabrá el chamán y el brujo el objetivo superior.
Más, mucho más, cuando para lograr el viraje de más de ciento ochenta grados se necesita, como “La bamba”, “un poquito de gracia y otras cositas.
Claro, si el objetivo es multiplicar la moda histórica de que el destino turístico de Veracruz gira alrededor de la jícama, la horchata, los tacos parados, las tortas, los volovanes, el refresco de cola y Camarena, “¡arriba y adelante!” como gritoneaba Luis Echeverría Álvarez en mejores tiempos.