Joyería asaltada
**En plaza comercial
**Desafío de carteles
UNO. Joyería asaltada
Premisa universal: los carteles y cartelitos siguen recrudeciéndose en Veracruz.
Y entre otras cositas y hechos, poniendo a prueba a los nuevos sicarios y pistoleros.
Por ejemplo, enviándolos a robar un negocito en una plaza comercial.
Luis Velázquez
Por eso, digamos, el asalta a joyería de la tienda Sears en plaza Américas el viernes 5 de julio.
Se llevaron 115 (ciento quince mil) pesos de botín.
Los empleados, encañonados. Y obligados a abrir las vitrinas.
Eran dos. En Boca del Río. Hacia las 19:50 horas.
Uno de ellos inició el ataco pidiendo le mostraran unos aretes de oro.
DOS. La policía, tarde, como siempre
Antes, en semanas previas, en dos ocasiones asaltada la joyería “La perla”.
Entonces, un elemento de seguridad de guardia permanente.
Ahora, se fueron a un ladito. En contra de Sears.
Un sicario abrió una bolsa y ordenó a la empleada vaciara la joyería posible.
Esclavas de oro. Alhajas. Relojes.
Luego, el par de sicarios se perdió en los pasillos de plaza Las Américas sin ningún elemento de seguridad que los pudiera detener.
Claro, claro, claro (bendito el Ser Superior) luego llegaron la policía de Boca del Río. Seguridad Pública del Estado. La Guardia Nacional. Los marinos.
Pero los malandros ya andaban en otro lado entregando el botín, digamos, a los jefes.
Y/o a sus parejas.
TRES. Audaces y temerarios
Los malos siguen pulsando la vida pública en Veracruz.
Cada vez en operativos más audaces y temerarios.
Mostrando el puño y los bíceps.
El valor. La audacia. La fe mística de que “la vida no vale nada”.
La constancia plena de que ellos hacen y deshacen de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho.
Incluso, ocupando y reciclando los llamados “vacíos de poder” creados y multiplicadas por la autoridad estatal.
Una tribu gobernante que no ha podido. Ni podrá… de cara al último semestre, menos tiempo, que resta del sexenio.
CUATRO. Huérfanos 900 niños…
Por eso, entre otras cositas y hechos, los campeonatos nacionales de Veracruz con la denominada Gran Cuarta Transformación.
A, feminicidios. B, secuestros. C, extorsiones. D, desaparecidos. E, fosas clandestinas.
Y, F, la más inexplicable impunidad.
Bastaría referir que luego del Duartismo y la Yunicidad, hoy existen 33 (treinta y tres) Colectivos integrados con madres y padre con hijos y parientes plagiados y desaparecidos.
Además, y lo peor entre lo peor, lo más duro y rudo, unos novecientos niños huérfanos por la matanza de sus madres, mujeres jóvenes, maduras y grandes.
CINCO. Malosos provocadores
Entonces, el asalto en la joyería de Sears en la plaza Américas, simplemente, una provocación más al gobierno del Estado.
A la secretaría de Seguridad Pública.
A la Guardia Nacional.
A las secretarías de la Defensa y Marina.
Y a la Fuerza Civil que aun cuando fuera anunciada su desaparición todavía (parece) anda por ahí.
SEIS. Diarrea verbal…
Mucho tiempo después, cuando el sexenio guinda y marrón va para afuera y concluye el periodo constitucional, está probado que nunca, jamás, los malosos, los carteles, los cartelitos, los pistoleros, fueron erradicados de un Veracruz donde el góber juró pacificar en los dos primeros años del sexenio.
Por el contrario, los dejará “vivitos y coleando” y causando duros y rudos estragos como significa estar “metidos hasta la cocina” de los negocios y los comercios y hasta de los templos parroquiales donde han asaltado a las feligresas en las tardes cuando rezaban el rosario.
De acuerdo con la historia, a mayor impunidad, más, mucho más, inseguridad, incertidumbre, zozobra, sobresaltos.
Y el góber con su cantaletita de siempre. “Ya hay pistas. Ya hay retrato hablado. Ya estamos bajo los pasos de los delincuentes. Pronto caerán. Habrá justicia. Nada ni nadie quedará impune”.
Una diarrea verbal que desde luego, ni siquiera los miembros del gabinete de la 4T creen en ella.