Se precisa: en ningún momento escribir sobre políticos, digamos… Sino escribir sobre la vida de los indígenas, los campesinos, los obreros, la gente de la clase baja y media…

ROMPEOLAS: Cuatrocientos años antes de Cristo, Herodoto metió dos muditas de ropa en un morralito y agarró camino al continente asiático… Su único objetivo fue contar historias de la gente… Así, escribió “Los nueve libros de la historia”… Pero de igual modo, muchos años después, William Faulkner, Nobel de Literatura, también demostró al mundo que la gran riqueza literaria está en la gente… En su caso, novelas y cuentos memorables y citables sobre la esclavitud de la gente de color en Estados Unidos…

ARRECIFES: Cada persona, cada ser humano, tienen una historia… Y aun cuando en lo general los escritores (y los periodistas) suelen buscar historias, digamos, negras, también las historias positivas y agradables despiertan interés y curiosidad… Otro Nobel, Gabriel García Márquez, por ejemplo, contó historias fantásticas sobre los habitantes de Aracataca y que la abuela le solía contar en la infancia… Incluso, historias familiares como, y entre otros hechos y cositas, la historia de los Buendía… El coronel Aureliano quien participara en montón de batallas en la guerra y todas las perdiera y terminara ganándose la vida haciendo pescaditos de oro para vender…

ESCOLLERAS: Las historias de escritores son desgarradoras… Por ejemplo, aquellos que pasan la vida alardeando la novela que escribirán mientras siguen empinando el codo… Y aquellos que nunca hablan de sus temas literarios y escriben sin avisar ni informar a nadie… Y de pronto, ¡zas!, la novela circula en el mercado editorial… Hay escritores, por ejemplo, que de lunes a viernes chambean en un trabajito por ahí para llevar el itacate a casa y escriben el fin de semana (sábado y domingo) sin asomarse a la puerta ni contestar el teléfono…

PLAZOLETA: Por eso, la gran tarea (fascinante) de un aprendiz de escritor es sentarse ante la computadora y teclear y teclear… En todo caso, agarrar un lápiz, un lapicero, y escribir y escribir en la libreta escolar… Y/o pensar en voz alta y grabar la voz para luego trasplantar las letras y palabras y frases a la compu… Antes, mucho antes del momento estelar de la creación, observar la conseja de Octavio Paz Lozano, de pensar y volver a pensar (crear y recrear) la página que habrá de escribirse… Tanto en el asunto como en la narrativa… Página bien pensada antes de escribir, escrita de maravilla para arriba…

PALMERAS: Gracias, pues, a la chica generosa… Pero, y con todo respeto, en vez de preguntar el camino al Damasco literario, necesita ponerse a escribir… Y explorar, de entrada, su mundo interior, pues de seguro con los años vividos tiene un montón de experiencias (y vivencias) listas para convertirse en un cuento y una novela… Y al mismo tiempo, leer el mayor número de cuentos y novelas, entre otras cositas, escudriñando la estrategia de los escritores para contar sus historias…