Dimes y diretes
I (Echa chispas caso Castagné y Nahle)
El caso Arturo Castagné y Rocío Nahle es delicado. Incluso, y en tiempo electoral, muy delicado.
La simple circunstancia, por ejemplo, de que el equipo de Nahle y sucesores únicamente se quede en dimes y diretes y con salidas tangenciales y que nada dicen, da permiso a la imaginación social (y electoral) para sentir, creer y pensar en la riqueza insólita de la ex diputada federal, ex senadora de la república y ex secretaria de Energía y su marido, jubilado de PEMEX.
Luis Velázquez
Más porque el activista social ha presentado registro de papeles notariales donde queda de manifiesto que Nahle y su esposo son propietarios de la mansión en el fraccionamiento. El Dorado, de Boca del Río.
Y más, cuando el periodismo de investigación de Notiver trasluce otras propiedades de bienes materiales en cinco estados del país.
Casi casi, como si una debilidad de la candidata de AMLO, el presidente, a gobernadora fuera, entre otras, coleccionar casas, mansiones, departamentos, terrenos, lotes.
Entonces, una salida digna es, sería, será, digamos, una denuncia penal por difamación en contra de Castagné Couturier.
Lejos, muy lejos, de caer en el palabrerío de Claudia Sheinbaum Pardo de una campaña sucia en su contra.
Pero más todavía (ajá), en contra de la 4T, MORENA y el obradorismo, con todo y su purificación moral y honestidad valiente.
Por lo pronto, queda la sensación de que a Nahle y esposo los “cacharon en la maroma”.
Más cuando se está en una campaña electoral cabildeando el voto para ganar la silla embrujada del palacio de Xalapa.
Y más, mucho más, cuando se trata de una expresa imposición de AMLO, el presidente, pues Nahle nació en Zacatecas.
Y más, cuando en su momento estelar, el góber jarocho nacido en colonia popular de Xalapa ordenó modificar la Constitución Política de Veracruz a sus diputados locales para abrir la posibilidad a Nahle de la nominación a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal.
Y más, cuando Cuitláhuac García, quedando bien con AMLO, su padrino, ha puesto el aparato gubernamental al servicio de Nahle.
Una cosita es que uno que otro morenista de Nahle “tire la piedra” en defensa de la candidata del Edén y otra aclarar hechos con pruebas concretas y específicas.
El primer resbalón fue de la ministra de Información de Nahle de que en ningún momento era propietario de la mansión en el Frac. El Dorado, sino que alquilaba.
Y es que nunca lo previeron, pero Arturo Castagné tenía “más que los pelos de la burra en la mano, la burra completa” y apersogada con los datos de la notaría pública donde escrituraron.
Desde el lado guinda y marrón los feligreses zacatecanos hablarán de una guerra sucia.
Pero al mismo tiempo, los hechos son los hechos.
Y la autoridad política, social, electoral y moral de la candidata está evidenciada.
II (Un héroe civil, gran ciudadano)
Arturo Castagné encarna el héroe civil de tanta inconformidad y coraje político y social en un Veracruz contra las huestes guinda y marrón.
El ciudadano que se ha atrevido a estar, ser y trascender en el ejercicio de su libertad y dignidad.
En todo caso, el activista social a tono de sus ideales, principios y valores.
Un ciudadano escudriñando la doble moral en la vida política y pública.
Más allá de las habladurías.
El gran activista trascendiendo a los trabajadores de la información en la búsqueda de la verdad.
Podrán los morenacos satanizarlo y condenado con adjetivos calificativos y que nada significan en el terreno de los hechos.
Una gran lección de periodismo profesional y de activismo social, político y moral.
Nahle, al desnudo.
De nada sirve ni serviría que AMLO, el presidente, saliera con su domingo siete asegurando que “Nahle no está sola” con todo el show que se está dando en la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río y en Xalapa.
Y es que, por ejemplo, se ignora si el reality esté incidiendo en las regiones indígenas, campesinas y obreras.
En la clase media baja y media media.
Por lo pronto, la oposición en Veracruz (indicativo y significativo) se ha tardado mucho y dejado solo a don Arturo Castagné.
Más cuando los morenacos inculpan a los Yunes azules.
Creen los morenacos que ningún poder en el mundo los hace rendir cuentas.
Tan soberbios como los priistas y panistas en el poder presidencial.
Pero… la realidad inevitable fue escrita con cinco palabras en la marcha femenina del 8 de marzo:
“Nos vemos en las urnas” dijeron en una cartulina blanca.
La ropa sucia de la 4T y el obradorismo jarocho dejando testimonio de fe en el tendedero público.