El diez de enero del año 2019, Fernando R. V. mató en Tuxpan a su expareja, Lorena C. L.
Primero, delante de sus hijos.
Segundo, la apuñaló.
Tercero, la degolló.
Y cuarto, huyó tan campante y sin ninguna misericordia ni piedad (ni menos arrepentimiento) por los hijos.

PASAMANOS: En Álamo Temapache, una mujer secuestró y asesinó a una maestra.
La asesina se llama Magaly O. H., de 35 años.
Ella le quitó en vida en alianza con un grupo de hombres.
La profesora Yuridia Hernández Palacios.
Luego del secuestro negociaron con la familia de la profe.
Pero la mataron.
Después, prendieron fuego a su casa.
Entonces, se fueron a tiendas departamentales con las tarjetas bancarias de la maestra y la saquearon.
Magaly O. H fue capturada en Reynosa, Tamaulipas, y está a disposición del Juzgado Primero de Primera Instancia en Poza Rica.

CORREDORES: Nada, pues, de aquel “Amaos los unos a los otros” predicado desde el púlpito civil de “La mañanera”.
Nada de que para los malosos “besitos y abracitos” porque “también son seres humanos”.
Nada de los mandamientos de las religiones católica y apostólica, cristiana, evangélica y adventista.
Nada de traer en la cartera la estampita de un santo, incluso, de la Virgencita morena (de Morena) del Tepeyac para ahuyentar a los malos espíritus, los Luzbeles, los diablos.
Nada de aquella famosa sociedad humana, sociedad fraterna, sociedad igualitaria, sociedad justa, sociedad equitativa.

BALCONES: La vida es así y ni modo: hay buenos y malos. Víctimas y victimarios. Gente inocente y gente culpable.
Gente viviendo con sencillez y laborando con muchas ganas y ladrones, pillos, truhanes y asesinos.
Gente buena y gente malora. Personas pacíficas y desalmadas. Ciudadanos dentro de la ley y fuera de la ley.
Y por más y más que desde las religiones y hasta de la política convocan a una sana y respetuosa y respetable convivencia, la violencia, decía aquel, es inevitable.
Incluso, la violencia sigue ganando a las mejores intenciones.

PASILLOS: Caray, apuñalar y degollar a la exesposa delante de los hijos.
Y matar a una profesora y prender fuego a su casa y llevarse la tarjeta bancaria para saquear la cuenta en tiendas departamentales.
Lo peor de la vida. Pero, bueno, en los días y noches dominan los vientos torrenciales y huracanados.
Y así, igual, igualito, ha sido en todos los tiempos.
La muerte continúa teniendo permiso exclamaría el novelista Edmundo Valadés.

VENTANAS: La calidad de vida en Veracruz, digamos, como en el resto del país, en la lona.
Además de la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los pichurrientos salarios de hambre y la migración a Estados Unidos, Canadá y Europa buscando una oportunidad laboral digna.
El tsunami de incertidumbre, zozobra, violencia e impunidad.
Y todavía, la violencia, digamos, tanto familiar como los asaltos, secuestros, extorsiones, desapariciones, asesinatos y fosas clandestinas.
Y desde luego, la recesión y la inflación creciente, imparable.
Todo junto como parte de los Círculos del Infierno y de los males enviados por Zeus en la caja de Pandora para ajustar cuentas con los humanos de la tierra.