Luego, se fue apoderando del dinero, la mercancía y otros objetos de valor.
Y los guardaba en una bolsa.
En tanto, otra mujer narca de unos 35 a 45 años permaneció vigilante en la entrada del negocio “echando aguas” por si las dudas.

PASAMANOS: Fueron filmadas por una cámara de seguridad.
La señita Margarita A. compartió el video con los habitantes de la colonia y a través de las redes sociales para alertar a los vecinos.
Pero el par de mujeres narcas escapó a pie y a la carrera. Y sin dejar una huella, un rastro, una pista.
Gran debut (digamos, solo digamos) de mujeres narcas.
Quizá, claro, sean ladronas solitarias. Acaso formen parte por ahí de una bandita. Quizá de igual modo pertenezcan a un grupo delincuencial y fueron puestas a prueba. Acaso el asalto un testimonio más de lo que está sucediendo en Veracruz, nada alentador desde luego.

CORREDORES: En todo caso, operaron al mejor estilo narco.
Uno, con pasamontañas. Y dos, armadas. Y tres, mientras una atracaba casi hacia las nueve de la noche, la otra “echaba el chegaray”.
Mujeres intrépidas y bragadas. Dispuestas a todo. Incluso, arriesgarse a que por ahí circulara una patrulla policiaca. Y/o un grupo de jóvenes bravucones de la colonia.
A ver, pues, el resultado del video.

BALCONES: De hecho y derecho, una circunstancia similar el día anterior, sábadito 4 de noviembre, en la ciudad jarocha y en una colonia. La Pochota.
Juventino N. C., de 41 años de edad, tenía apenas, apenitas quince días de haber abierto un negocito con la venta de pollo.
Y en las calles de Árbol de la Plata y Árbol de la Navidad.
Entonces, se le apareció un asaltante solitario y sin más, le disparó a quemarropa.
Y le quitó la vida.
Luego, tan campante y sereno, logró darse a la fuga (Notiver).
El único dato fue registrado por un vecino quien lo miró huir. “Era de complexión delgada y tez morena”.

PASILLOS: Las presuntas mujeres narcas quizá sean madres de familia desempleadas y subempleadas y con pichurrientos salarios de hambre.
Solas.
Por añadidura, necesitadas y urgidas de un ingreso.
Y ni hablar, el asalto como una forma de vida para sobrevivir.
Más, mucho más si tienen hijos menores.
“Las olvidadas” diría el cineasta Luis Buñuel. “Las condenas de la tierra” según Franz Fanon. Las precaristas de acuerdo con el antropólogo Oscar Lewis.
“Dejad que los pobres se acerquen a mí” según el relato bíblico.

VENTANAS: El hecho, sin embargo, ahí está. La aparición por vez primera en Veracruz, y desde Boca del Río, de mujeres asaltantes.
Quizá un suceso aislado. Acaso un avisito parroquial de lo que viene y vendrá. Y/o, simplemente, ya está en otras latitudes geográficas del Estado jarocho.
Más, digamos, con la liberación femenina. Las mujeres, igual que los hombres en derechos y obligaciones.
Si el asalto es castigado, entonces, podría conocerse el desenlace.
Pero si quedara en la impunidad, como ha sido el eje transversal de la 4T, MORENA y el obradorismo, en el misterio.
A ver si en otros municipios las mujeres narcas se expresan con más asonadas…