Más porque luego de 79 (setenta y nueve) gobernadores (incluido el obradorista) el resultado social es el siguiente:
Seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los pichurrientos salarios de hambre y la migración.
Medio millón de paisanos haciendo únicamente dos comidas al día y mal comidas de tan jodidos que viven.

PASAMANOS: El viejito del barrio sostiene que cada seis años la esperanza social (¡vaya esperanza!) es renovada de norte a sur y de este a oeste de Veracruz para continuar soñando con una mejor calidad de vida (lo más importante) en toda la familia.
Sin embargo, han pasado uno y dos y diez y veinte y treinta y setenta y nueve jefes del Poder Ejecutivo estatal, y en una entidad federativa pródiga en recursos naturales, la gente, los ciudadanos de a pie, en la jodidez.

CORREDORES: La crisis económica y social de la población lleva a preguntarse en el palenque público si los electores tienen respeto moral a los aspirantes y suspirantes a ejercer el poder y gobernar.
Y respeto moral a partir de hechos concretos y específicos en su vida pública y social para ondear la bandera de una esperanza social y económica fundamentada.
Por ejemplo, y entre otras cositas y hechos, el bienestar social que cada uno ha generado y heredado a un pueblo, una comunidad, un municipio, una región de Veracruz.

BALCONES: Una cosita, por ejemplo, es que los catorce aspirantes a la nominación tengan y acaricien el legítimo sueño de escalar en la política.
Más, mucho más, si la política se ha convertido, digamos, en su vocación social.
Y otra cosita, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia es la autoridad moral y social que todos pudieran alimentar en cada ciudadano.
Por el contrario, la fama pública (documentada en Latinobarómetro) de que los políticos, los policías y los reporteros y columnistas están en el sótano de la confianza ciudadana.
Más, claro, de los políticos y policías y quienes suelen vender esperanzas de una vida digna y una vida vivible, llena de dignidad.

PASILLOS: Ha de recordarse la lista de los aspirantes dispuestos a ofrendar su vida por el bienestar de la población jarocha.
En MORENA, Sergio Gutiérrez Luna, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Éric Cisneros Burgos y Rocío Norma Nahle García.
Y dos mujeres más por ahí y a quienes han metido de relleno.
Y en el Frente Opositor, los panistas Fernando Yunes Márquez y Patricia Lobeira de Yunes y Julen Rementería del Puerto y los priistas, Héctor Yunes Landa, José Yunes Zorrilla, Lorena Piñón, Anilú Ingram Vallines y José Manuel Diez Francos.

VENTANAS: El respeto personal y moral y la confianza ciudadana en cada aspirante a ocupar la silla embrujada del palacio (embrujada porque siempre hace levitar al titular) resulta fundamental para lo que en el siglo pasado llamaban un voto razonado y reflexivo.
Un voto más allá de “la cargada”, “la estampida de los búfalos”, “la compra del sufragio” a través, entre otros hechos, de las bequitas bimensuales de cinco mil pesos y más allá, incluso, de la amenaza al elector si vota en contra del candidato oficial en una manifiesta Elección de Estado.
Y el voto, claro, más allá del fraude electoral.