Más que un discurso público sobre, digamos, la teoría y la práctica del Estado Derecho ha parecido en los últimos cuatro años con diez meses el Jesucristo del siglo XXI seduciendo almas para ganar el paraíso celestial.

PASAMANOS: La historia con información de peso y con peso está en el último libro del reportero de la revista Proceso, José Gil Olmos. “El pastor de masas” editado por Grijalbo.
Por ejemplo, la referencia más socorrida a la Biblia y de la que, dice el periodista, AMLO, el presidente, es un lector asiduo.
Y un lector asiduo desde quizá la infancia, la adolescencia, la juventud.
Uno: El mayor número de citas desde “La mañanera” han sido sobre el sermón de la montaña según San Marcos.

CORREDORES: Dos: La cita de Cristo condenando a los fariseos según San Mateo.
Tres: Las citas de Jesucristo sobre los niños y los pobres según San Marcos.
Cuatro: Cristo tentado por el diablo según San Mateo.
Cinco: Cristo ordenando amar al prójimo del Evangelio según San Marcos.
Seis: Cristo disponiendo que “al César lo que es del César” según San Marcos, San Mateo y San Lucas.
Y siete: La referencia a las mentiras del demonio según San Juan.
Las mayores referencias bíblicas para San Mateo y Marcos, sin duda, los capítulos que más gustan a AMLO.

BALCONES: La lectura número una de la Biblia con AMLO es el libro del Éxodo.
La historia de Moisés guiando a su pueblo judío durante treinta años atrás del paraíso terrenal.
Es decir, la historia de AMLO conduciendo a su pueblo (primero, los indígenas y los campesinos de Tabasco, y luego a la población nacional) a la búsqueda del paraíso.
Una lucha donde igual que Moisés ha enfrentado a los fariseos. Los enemigos, adversarios, conservadores, neoliberales, corruptos, corruptazos, periodistas, columnistas, articulistas, historiadores, intelectuales.
La historia pública de un AMLO como un personaje iluminado. Un mesías enviado por el Ser Superior para reconstruir la historia nacional en el marco de esa cosita llamada Cuarta Transformación.

PASILLOS: Un político predestinado. Con una población que lo idolatra y adora y, claro, lo sigue.
Y lo sigue con sus Siervos de la Nación, operando, incluso, con las armas sofisticadas de finales del siglo XX y el siglo XXI como son el Internet, las redes sociales, el WhatsApp, los tuitazos, el Tip Top y anexas y conexas.
A la altura, digamos, ajá, de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, quienes fueron sus antecesores, mientras Hidalgo y Morelos se quedaron en sencillos luchadores sociales.

VENTANAS: El pastor religioso con muchos años de vender esperanzas sociales.
“Hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno. Mejorar las condiciones de trabajo de la población. Una revolución de conciencias que impida el predominio del dinero, el engaño, la corrupción y el afán de lucro. Un mejor nivel de bienestar. Y un digno estado de ánimo en cada ciudadano, cada familia, cada pueblo”.
Católico, evangélico, cristiano, protestante, mientras los Testigos de Jehová predican la vida buena cada sábado de casa en casa, AMLO la predica desde “La mañanera” en cadena nacional.