El parteaguas… El antes y después de la egolatría…

ROMPEOLAS: Partía de su trayectoria periodística y literaria… Chofer de una ambulancia de la Cruz Roja en la primera Guerra Mundial… Cronista en la Segunda Guerra Mundial y en la guerra civil española… Enviado especial en el mundo… Galán en Cuba donde en la finca Vigía abría las puertas a las actrices más cotizadas del momento y quienes desnudas lo esperaban en la alberca y enfriándose dos botellas de champaña mientras terminaba de escribir las mil palabras diarias que tenía como cuota… Boxeador en Estados Unidos… Torero en España… Cazador de leones, tigres y elefantes en África… Más de veinticinco libros publicados, algunos de los cuales convertidos en filmes cinematográficos…

ARRECIFES: Cuatro esposas, además del montón de amantes que entraban y salían de su vida como un carrusel de caballitos… Una de sus esposas, la escritora y periodista, Martha Gelhorn, lo dijo del siguiente moda: “A Hemingway solo le interesa la egolatría, la acción, la veneración y coleccionar mujeres”… Reportero en el Toronto Star fue enviado a la guerra mundial… Y envió doce crónicas y reportajes… Pero el director del periódico nunca las publicó… Y cuando regresó del viaje y Hemingway le reprochara el director le reviró diciendo que “mi tarea como director es congelar a quienes se creen estrellas”…

ESCOLLERAS: En sus días y noches siempre el ego inflamado… Siempre rodeado de amigos, reporteros, escritores y feligreses que lo idolatraban… Y en el tálamo, antes y después de hacer el sexo, hablando maravillas de sí mismo… El ego en las alturas cuando en alguna ciudad del extranjero miraba el anuncio espectacular de alguna película basada en sus novelas y cuentos… Traducido a más de treinta idiomas hasta los líderes chinos, Mao Tse Tung y Chou En Lai, lo leían… Y el ego, en la gloria y la inmortalidad…

PLAZOLETA: Con todo y la egolatría su disciplina literaria para escribir era más fuerte y poderosa… Primero, todos los días de su vida útil, incluidos sábados y domingos, escribía mil libros… Segundo, así se emborrachara hasta la madrugada a las seis en punto estaba escribiendo y de pie ante la máquina portátil… Tercero, escribía de las 6 de la mañana a doce del día y nadie podía interrumpirlo porque enfurecía… Cuarto, en su tiempo de reportero de día cronicaba y escribía los textos para el periódico y en la noche tecleaba novelas y cuentos… Bien lo decía don Alfonso Reyes: “La disciplina es el nombre de la creación literaria”…

PALMERAS: Nunca anduvo atrás de un político… Ni tampoco se prestó a los juegos del poder… Siempre mantuvo una raya en medio para que cada parte entendiera los límites… Alguna vez, luego del triunfo de la revolución cubana en 1959, Hemingway y Fidel Castro Cruz se toparon en alguna calle de La Habana y únicamente fueron presentados y el saludito y una que otra platiquita breve por ahí y adiosito, hasta luego… Lejos de los príncipes políticos porque el autor de “El viejo y el mar” era un Príncipe Literario…