70 años de yaya
**Generosa y discreta
**Sana y lúcida
EMBARCADERO: Hay una trabajadora doméstica ejemplar y modelo... Generosa y solidaria... Eficiente y eficaz... Discreta y callada... Tan silenciosa que a veces parece muda... Aplica el símbolo de los tres changuitos “al pie de la letra”... Mira, escucha y calla... Tiene ochenta años de edad y comenzó a trabajar con una familia a los diez años de edad... Entonces, en la casa de asignación le ponían un banquito de madera para alcanzar el lavabo y lavar los platos y los vasos y las tasas
Luis Velázquez
Después, le tocaba jugar con par de niñas menores… Y desayunaba y comía y cenaba con ellas.. Y les leía cuento para dormir…
ROMPEOLAS: Empezó su carrera doméstica con los padres de aquella familia… Y siguió con los hijos… Luego, con los nietos… Y ahora hasta con uno que otro bisnieto… Y cuando unos hijos fueron enviados a la Ciudad de México para estudiar en la UNAM se la llevaron para las tareas del hogar… Y acompañada de otra persona más encargada de la limpieza de la casa… Setenta años de laborar con ellos de hecho y derecho tiene legítimo derecho a par de jubilaciones y le salen debiendo diez años…
ARRECIFES: Se casó y procreó dos hijos… Y los hijos están casados y con hijos… Tres nietos en total… Entonces, de lunes a viernes con la familia… Y sábado y hasta la tarde del domingo con sus hijos y nietos… Y en la tarde/noche otra vez de regreso puntual a la familia donde labora… La señora G. es una mujer sana… Y lúcida… Nada le duele… Ningún achaque se le ha atravesado… Es una madera firme… Madera, digamos, de roble… Mejor dicho, de teca, cuya madera ni se agrieta, ni se pudre, la madera utilizada para construir barcos y cien por ciento segura y confiable…
ESCOLLERAS: Ella es una gran chef sin haber estudiado la universidad… Incluso, tiene su manual de gastronomía con los más finos y exquisitos platillos, la mayor parte de su cosecha… Y como ha servido a cuatro generaciones de la misma familia, y como se trata de una familia pudiente, entonces, le suelen platicar de los platillos en sus viajes por el mundo, y los aprende y reinventa…
PLAZOLETA: En la casa donde labora tiene su propia recámara… Y en donde ha erigido su mundo… Casi casi, como si fuera (de hecho, es) su hábitat… Más, si se considera que pasa con la familia cinco días y cachito de la semana… Además, y dado los años de antigüedad y de confianza, suele operar como la contadora de la casa para el gasto, digamos, familiar… De paso, es ahorrativa… Y con el dinerito hace milagros en la plaza popular y el mercado… Y siempre anda atrás de las ofertas y promociones de alimentos… Y por eso mismo, la familia a la que sirve le tienen respeto y cariño y gratitud…
PALMERAS: A las 6 de la mañana (a veces, antes) sale a caminar en el parque de la esquina y durante una hora… Dos veces a la semana, en la tarde, se va con el club de amigas para la manualidad… Y teje y desteje desde chambritas y blusas hasta ropa de otoño e invierno… Es decir, crea y recrea su espacio, digamos, un paraíso terrenal para estar, ser y trascender… Y como está llena de salud física y emocional, entonces, en aquel grupo femenino se mueve con firmeza y seguridad… Así se va reinventando…