Soledad dura y ruda
**Recrudecida en la noche
**Estar y sentirse solo
UNO. Estragos de la soledad
Hay horas cuando la soledad (la soledad neurológica, la soledad del corazón, la soledad sentimental, la soledad física, la soledad de la vida, la soledad de adentro y la soledad de afuera, etcétera) suele recrudecerse.
Luis Velázquez
De acuerdo con el sicólogo del barrio suele ocurrir en la noche y en la madrugada.
En el día, por lo regular, bien o mal, la persona que se siente solitaria, suele ocuparse, digamos, en el trabajo, en la tarea, en el café, en el cine en la plaza comercial.
Pero en las horas de la noche la soledad se recrudece. Y en todos los sentidos.
DOS. Vivir sin amigos
La soledad porque se vive solo en un departamento, una casa.
La soledad porque se está viudo o divorciado. Y la señora se llevó a los hijos y hasta el perrito, digamos, de los niños.
La soledad porque se está y vive sin amigos.
Y sin la familia básica (padres, hermanos, tíos, primos, sobrinos) lejos.
La soledad porque se anda en la vida como marioneta, sin un sentido, un objetivo concreto y específico para levantarse cada mañana a empujar la carreta y patear el balón y remar la canoa…
TRES. Silencio atroz
Caray, levantarse en el depa, la casa, a deshoras de la noche y confirmar, primero, que se duerme solo.
Y de inmediato, que el depa, la casa, están (y permanecen) en un silencio desgarrador.
Y luego enseguida, que como es la madrugada y se está en el insomnio, ni modo de estar despertando a uno que otro amigo, compañero, conocido, familiar.
El sicólogo dice que la soledad de afuera es la soledad de adentro. Y al revés.
Más todavía si se parte de una base: una cosita es, en verdad, estar solo. Y otra, sentirse solo.
La soledad, pues, multiplicada.
CUATRO. Creativa soledad
Cierto, hay personas que necesitan estar solas.
Por ejemplo, los escritores, los compositores musicales, los escultores, los pintores, los académicos cuando estudian, los monjes ni se diga, etecé, etecé.
Y si viven acompañados y la pareja, los niños y el perrito los esperan, bendito el Ser Superior.
Pero si luego del acto de la creación están y se siente solos, la vida se vuelve un infierno.
“El infierno tan temido” del que hablaba sor Juana Inés de la Cruz.
CINCO. Leer y leer
Una forma, digamos, de alivianar la soledad es la lectura.
El escritor Carlos Monsiváis Aceves, por ejemplo, aseguraba que leía un libro al día.
Igual, igualito, que una señora de la séptima década de Xalapa que también leía un libro por día.
Otros, sin embargo, suelen leer un libro cada dos días.
Más considerando que la verdadera lectura es la relectura como si, por ejemplo, un filme cinematográfico se viera dos o más veces porque en cada mirada se redescubren nuevos filones informativos, culturales y vivenciales.
SEIS. Música para desvelados
Con todo, la soledad en las noches y las madrugadas, y más, mucho más, en el insomnio, son duras y rudas.
Y nada peor como la cama vacía.
Sin nadie a un lado a quien echar la pierna encima o tomar de la mano para dormir soñando apretujadas las manos en el corazón.
Por eso, algunas personas suelen formar el Club de los Corazones Solitarios.
Y, bueno, hasta un programa musical de radio suelen transmitir algunas estaciones en la madrugada.
Una especie de Asociación de Alcohólicos Anónimos y/o de Sicóticos Anónimos.