¿O se trata de un ardid, una patraña, digamos, como en el siglo pasado cuando el priista Mario Vargas Saldaña, alcalde jarocho y cuatro veces diputado federal, solía fingir que peleaba con un amigo ante otros políticos únicamente “para sacar la sopa”?

PASAMANOS: En el pueblo andan diciendo que simplemente es un invento de ambos. Ex profeso.
Más, porque Nahle fue la única que le abrió la puerta a Cisneros luego de su vida en Baja California.
Más porque Nahle lo encumbró como secretario General de Gobierno con Mr. García (Cuitláhuac).
Más porque la única posibilidad de Cisneros para aspirar y suspirar, digamos, por la candidatura de MORENA al Senado de la República es Nahle.
Nahle, claro, avalando su trayectoria política ante AMLO, el presidente, para el Dedazo.

CORREDORES: Pleito, raspadura, escisión, distancia fingida en un sistema político que igual, igualito que en el siglo pasado, digamos, cuando “la dictadura perfecta” del PRI, el presidente de la república es el jefe máximo “en el país de un solo hombre”.
Y como aseguraba Porfirio Díaz Mori, “el presidente da y quita”.
Y como todo indica, ninguna puerta ni ventana abierta tiene (o tendría) Éric Cisneros en Palacio Nacional, entonces, Nahle es su única posibilidad y garantía.

BALCONES: De pronto, por ahí algunos columnistas se ocuparon del asunto. Y lo fueron replicando.
Claro, también era habladuría, digamos, en el pasillo político.
Y, bueno, en una Xalapa donde en la mañana corre una versión y al mediodía otra y en la noche, antes de cerrar la edición de la prensa escrita, hablada y digital otra versión, todo es posible.
Lo decía Joseph Goebbels, el Súper Ministro de Información de Adolf Hitler, “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

PASILLOS: El presunto “pleitecillo” entre Cisneros y Nahle se encarta, además, en otra circunstancia:
Mientras AMLO, el presidente, exhibió en el palenque a Cisneros por sus espectaculares y su egolatría y frivolidad y hasta sugirió que si aspiraba a un cargo público renunciara a la SEGOB jarocha…
El góber obradorista de Veracruz lo ha dejado estar, ser y trascender.
Ni ha renunciado. Ni tampoco ha bajado los espectaculares.
Es más, nomás como parte de otro avisito parroquial, en una que otra plaza comercial de Veracruz Cisneros Burgos aparece ya, ya, ya, en bastidores de publicidad, mejor dicho, de propaganda.
Se dirá que ni modo, la egolatría y la vanidad de Cisneros está descarrilada.
Quizá.
Pero al mismo tiempo, con chanfle.
Lo indicativo y significativo es que sigue moviéndose, digamos, a tono con la frasecita bíblica aquella de que los cañonazos y los disparos “le hacen lo que el viento a Benito Juárez”, por cierto, uno de los héroes patrios de AMLO, el presidente.

VENTANAS: Ahí está. Y continúa. Con la Fiscal General a su servicio.
Es “El dos del palacio”. El segundo político más fuerte y poderoso luego del góber.
Y cada uno con su estilo personal de ejercer el poder y la tarea de gobernar, bien podría concluirse que la ruptura de Cisneros y Nahle es una patraña.
El sicólogo del barrio diría que se trata de la perversidad del poder. Dispuesta a todo. Incluso, al grado de Benito Juárez quien cometiera el primer fraude electoral de la historia para ser reelecto.