Un político ante la historia
I (Más honesto que la 4T)
Hay un político en Veracruz más, mucho más honesto, que las tribus guinda y marrón con todo y su 4T, purificación moral y honestidad valiente.
Más porque desde hace muchos ha desempeñado cargos públicos y nunca, jamás, “ha metido las manos al cajón” ni tampoco “ordeñado la vaca”.
Luis Velázquez
Menos, ha traficado influencias para imponer a familiares, compadres, amigos, socios, aliados, cómplices y barbies en la administración pública.
Además, como pocos, excepcionales, es un político prudente, mesurado y cauto.
Tolerante.
Respetuoso.
Y respetuoso de la dignidad humana de los otros y de los demás.
Y que siempre procura sumar y continuar sumando en vez de restar, dividir, fracturar a las tribus y sus militantes notados y connotados.
Más si se considera que milita en el PRI, el partido político que pusiera a México en el primer lugar internacional de la corrupción política, económica y social.
Y un PRI donde la cultura autoritaria floreció en tierra fértil para hacer y deshacer.
Y a su lado, caminando, la impunidad como eje transversal y brújula.
El PRI que definió la política en el siglo pasado todavía vigente hoy como, por ejemplo, la cultura (que parece indestructible) de “la cargada”, “la estampida de los búfalos”, “las urnas embarazadas”, la compra de lealtades y conciencias, el nepotismo y las empresas fantasmas.
En el año 2018, José Yunes Zorrilla, diputado federal, jugó como candidato del PRI a gobernador y fue derrotado.
Pero fue derrotado porque era candidato del PRI, un partido desacreditado por sus mismas élites y tribus.
A tal grado que, caray, primero, perdió una gubernatura, luego otras, después la presidencia de la república en dos períodos seguiditos y ahora, únicamente tiene par de mandatarios.
Inverosímil, el partido donde las elites, los jefes máximos en las entidades federativas, siguen migrando a otros partidos, el de mayor demanda, MORENA.
Por eso, ninguna duda de que José Yunes es un político íntegro, más íntegro que muchos militantes de MORENA, el partido de la Virgen de Guadalupe.
II (Pajarraco de mal agüero)
Dueño del poder político total y absoluto que fue en el siglo pasado, el partido tricolor se convirtió en un pajarraco de mal agüero.
Todo lo que toca (y/o la mayor parte) está condenado de antemano a la derrota.
Con todo, y por encima del descrédito, el diputado federal por el distrito de Coatepec tiene un aura, un karma, una mejor vibra que, primero, trasciende al viejo PRI, y segundo, posibilita la esperanza de una mejor gubernatura.
Unos expertos dicen que la nostalgia inicia por la comida y otros por la música, por ejemplo, la música de los Beatles y de Agustín Lara.
Pero en el caso, con Yunes Zorrilla, la nostalgia comienza y se fermenta con la confianza social que él tiene consigo mismo.
Está avalado por un pasado y un presenta como buena persona y que tanto, tanto, tanto se necesitan en la administración pública.
Más si se considera que los derrotados son aquellos que perdieron la fe en sí mismo, pues al perder la emoción social se quedaron sin razones de peso y con peso para continuar empujando la carreta, aunque la carreta esté destartalada.
En el relato bíblico, Job, el prudente y el paciente, siempre continuó creyendo en sí mismo y en la justicia divina.
Por eso, el gran entusiasmo de José Yunes, lleno de esperanzas como si fuera un adolescente seguidor y admirador de los Beatles y de Guty Cárdenas y yucatecos anexos y conexos.
Convencido de que puede ganar la candidatura del Frente Opositor a gobernador y ganar en las urnas, la batalla política más dura y ruda que será el año entrante pues se trata de una Elección de Estado, digamos, igual, igualito de cuando el PRI era partido avasallante.