y Autónoma del Estado de México, coincidieron en la necesidad de reforzar la formación de estudiantes de esta disciplina con el uso de simuladores, al impartir la charla híbrida “El maniquí paciente” en el auditorio de la Dirección General de Investigaciones.

Josué Bermeo mencionó que antes del uso de maniquíes en las prácticas de administración de anestesia, los alumnos aprendían con sus compañeros y eso ocasionaba dilemas éticos.

En muchos casos los estudiantes visitaban las clínicas muy pronto, lo cual provocaba un desfase en su preparación pues no dimensionaban el trasfondo teórico de las actividades que llevaban a cabo.

“Los jóvenes que utilizan la simulación en su formación adquieren seguridad y obtienen mejores resultados en el control de su mano, la administración de anestesia y otros procedimientos”, aseguró el catedrático.

Enfatizó en la necesidad de realizar investigación en torno a ella, ya que es una herramienta fundamental en el proceso educativo de la odontología y otras disciplinas.

Bernardino Cerda explicó que los maniquíes usados en la simulación permiten a los estudiantes desarrollar habilidades manuales, mentales y emocionales, y perder el miedo a trabajar con pacientes, lo que disminuye el riesgo de provocarles lesiones.

“Una persona con más destreza tendrá una mejor técnica de anestesia y podrá realizar una inyección confortable”, afirmó.

El docente hizo hincapié en la importancia de promover el uso de simuladores en alumnos de Odontología, pues existen instituciones educativas que cuentan con ellos pero no los utilizan; puntualizó que, no obstante, los maniquíes preparan para la práctica clínica pero no la sustituyen.

“La simulación en el proceso formativo beneficia tanto a estudiantes como a los pacientes porque serán atendidos por alguien con buenas habilidades”, concluyó.