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Escenarios
Lunes 21 agosto, 2023

“Las cartas del Boom”

**Relación epistolar
**Escritores memorables

UNO. Cuatro grandes escritores

Circula en las librerías de la ciudad un libro fantástico. Maravilloso. Excepcional. Son 523 (quinientas veintitrés) páginas, pero se lee de unas tres sentadas.
Se llama “Las cartas del Boom”.

Luis Velázquez

El boom literario del siglo pasado, tan famoso en América Latina, pero también en el mundo, integrado por Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
Los dos últimos escritores, premios Nobel de Literatura. Los primeros dos, lo merecían. Pero aun cuando Carlos Fuentes se acercó, nunca lo obtuvo. Su primera esposa, la actriz Macedo, se lo decía: “Nunca escribirás como García Márquez”.
Al otro, Julio Cortázar, nunca le interesaron, ocuparon ni preocuparon los premios.
Y de hecho y derecho, era el gurú, el chamán, el tlatoani. Era, claro, mayor de edad. Nació en 1914. Carlos Fuentes, 1928. García Márquez, 1927, y Vargas Llosa, 1936.

DOS. Relación epistolar

De los años 1959 a 1975, aprox., el cuarteto de escritores se escribieron cartas. Tiempo, claro, cuando todavía el Internet y los correos electrónicos y los WhatsApp estaban lejos.
Incluso, tiempo cuando años después, el Gabo dijera que en su momento estelar hubiera existido la computadora habría escrito el doble de libros.
El cuarteto inició la relación epistolar, incluso, sin conocerse.
Carlos Fuentes, por ejemplo, escribe una carta a Julio Cortázar presentándose y pidiéndole un artículo para una revista.
Y Cortázar, generoso y solidario, se la envía.
El Gabo y Vargas Llosa empezaron a cartearse, primero, presentándose, y luego, conversando de libros. Y hasta recomendándose libros.

TRES. Carlos Fuentes, el más generoso

La relación amical, fraternal, vaya, entre el Gabo y Vargas Llosa se rompió.
Pero tanto Cortázar como Fuentes siguieron manteniendo amistad con ambos y por separado, claro.
Del cuarteto, la mitad del mundo de sus conocidos y la otra mitad siempre aseguró que Carlos Fuentes era el más generoso.

CUATRO. Ganarse la vida como burócrata

Se hicieron amigos cuando eran desconocidos para el mundo literario. Y cuando ninguno de los cuatro había ganado fama con libros exitosos.
Incluso, Fuentes, por ejemplo, apenas, apenitas había publicado una novelita corta, Los días enmascarados, con alguna resonancia en México. Pero sin trascender en el extranjero.
Y Cortázar, tenía unos dos, tres libros publicados y se ganaba la vida como traductor en la ONU, Organización de las Naciones Unidas, y en la UNESCO, y andaba de congreso en congreso traduciendo discursos y conversaciones.

CINCO. La magia de Cortázar

El primero en vivir en París fue Cortázar. Nació en Bruselas y luego grandecito sus padres se lo llevaron a Argentina. Y anduvo por ahí trabajando de profesor rural.
Después, “quemó sus naves” en Argentina y se estableció en París. Y a trabajar como traductor en las mañanas.
Pero en las tardes solía llegar a un café parisino y ocupaba una mesa hasta el fondo para pasar inadvertido y sacaba libreta escolar para escribir con lápices.
Una tarde, llegó el Gabo para presentarse y conocerlo, joven que era.
Y el Gabo quedó hipnotizado con la escena mágica de un escritor que ni siquiera levantaba la vista para ver quién llegaba.

SEIS. El Gabo, leal a Fidel Castro

En un momento de sus vidas, el cuarteto quedó seducido por Fidel Castro Ruz.
Luego, Cortázar, Vargas Llosa y Fuentes se distanciaron. Y el único que permaneció cerca fue el Gabo, pues García Márquez tenía debilidad por estar cerca de los poderosos.
“Las cartas del boom” son las cartas que durante tantos años ellos se escribieron. En la portada del libro están las fotos del cuarteto cuando eran jóvenes, indocumentados y felices.


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