Devotos de la Virgencita
**Frenaba los balazos
**La vida huele a religión
UNO. Devotos de la Virgencita
Los zapatistas y los villistas, pero también, los guerrilleros de Miguel Hidalgo y José María Morelos eran devotos de la Virgencita de Guadalupe.
Tanto que, por ejemplo, en la guerra de Independencia y la Revolución, colocaban una estampita de la Morenita del Tepeyac en el sombrero
Luis Velázquez
en la parte de enfrente, convencidos de que detendría las balas.
Hidalgo se fue a la guerra con el estandarte de la Virgencita en la mano.
Y luego de cada batalla en la Revolución, los zapatistas se iban al templo a rezar y dar gracias a la Virgencita de terminar con vida.
DOS. Madrecita mexicana
En las casas de los zapatistas y villistas los padres, más, mucho más las madres, siempre hablaban de la Virgencita.
Tomaban café y hablaban de ella. Desayunan, comían y cenaban y le daban las gracias por los frijolitos y el arrocito y el cafecito de olla.
Discutían y se peleaban en la cantina pueblerina y si se agarraban en un duelo se encomendaban a la Virgencita.
Y si procreaban una hija la bautizaban con el hombre de Guadalupe y le llamaban “Lupita”.
Y si era un niño también le ponían de nombre Guadalupe y le llamaban “Lupe” de cariño.
TRES. La vida oliendo a religión
Luego, en el salón de clases, los profes rurales hablaban a los niños campesinos de Miguel Hidalgo, Morelos, Pancho Villa y Emiliano Zapata y el aula oliendo a pólvora.
Pero también de la Virgencita.
Y más el sacerdote en la doctrina de los sábados, el saloncito oliendo a religión y al paraíso celestial.
CUATRO. El cura irreverente
Por eso, y cuando el Abad de la Basílica de Guadalupe, Schulenberg, aseguró que la Morenita del Tepeyac era un invento de la elite eclesiástica, lo despidieron y condenaron al olvido.
AMLO, el presidente, empalmando la política con la religión denominó a su partido político, MORENA.
Y Morenita… por la Morenita del Tepeyac.
Caray, el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra descubrió que Claudia Sheinbaum Pardo “tiene un parecido con la Virgen de Guadalupe”.
Y aun cuando por más y más y más que se le busque el dichoso parecido, en nada se parece.
Pero, bueno, Solalinde lo aseguró en nombre de Dios y ahora únicamente se espera que de pronto descubra que el secretario de Gobernación se parece mucho al indito Juan Diego, en versión, claro, del siglo XXI.
CINCO. AMLO, parecido a Dios
Con MORENA como partido político y Sheinbaum parecida a la Virgencita, razón de sobra para que AMLO “tenga mucho parecido con Dios” como también Solalinde está convencido.
Nunca en la historia política de la nación guadalupana un partido político y su gurú, tlatoani, chamán, beatificados.
La profecía de Porfirio Muñoz Ledo de que MORENA permanecerá dieciocho años en el poder federal se cumpliría.
Claro, arropados por la iglesia católica y apostólica, bien podrían trascender al PRI con sus 71 años de “dictadura perfecta”.
¡Hosanna, hosanna!
SEIS. Bendecir a MORENA
MORENA seguiría en el poder presidencial hasta perder el alma, el espíritu, la razón, la perspectiva, la mirada social.
Vaya, trascenderían al PRI cuyo emblema fueran y son los tres colores de la bandera nacional, a tal grado que en sexenio de José López Portillo una secretaria de Estado apareció en fiesta septembrina con un vestido rojo, blanco y verde.
A MORENA únicamente le faltaría la bendición del Nuncio Apostólico, los Cardenales y los obispos y arzobispos.