Hombres maduros
**Y solteros
**Los hijos estorban...
EMBARCADERO: Hay en la vida, y como es lógico y habitual, muchos hombres maduros y solteros... Ellos se mantienen solteros por tres argumentos poderosos... El primero, el ejercicio total y absoluto de la libertad... El segundo, porque estar casado, dicen, genera responsabilidades y amarra... Y el tercero, porque más, mucho más, amarran los hijos... Y desde luego, las alas pueden quedar coaccionadas y para siempre... Mínimo, cuando los hijos sean mayores y tengan un empleo
Luis Velázquez
digno y decoroso y pagado con justicia laboral…
ROMPEOLAS: En ningún momento se conservan solteros porque anden, como reza la canción estelar de Ricky Martin, “en la vida loca”… Por encima del deseo y las pasiones amorosas y sensuales, está su libertad… En un cuento en el libro “Cantar de ciegos”, el escritor Carlos Fuentes Macías lo escribe de la siguiente manera: “Somos jóvenes y tenemos derecho a vivir sin responsabilidades”… Solteros, se echan la mochila al hombro y agarran camino como turistas mochileros… Y si son solteros y desempleados, ninguna preocupación para tener duros y graves dolores de cabeza… Y si las circunstancias aprietan, entonces, con facilidad regresan a casa de los padres y tienen garantizada la comidita mientras la vida endereza…
ARRECIFES: Los hijos son la gran maravilla de la vida… Pero para ellos, nada mejor como explorar en otros zaguanes y trajinar en otras tiendas… En una película mexicana en blanco y negro, Joaquín Cordero interpretando a un galón conoce en una fiesta a una mujer… Y los dos terminan en el hotel… En la madrugada mientras él está “en el reposo del guerrero”, ella, sin hacer ruido, se levanta y se va… Y le deja un recadito: “¡Qué bueno que hay hombres como tú para mujeres como yo”…
ESCOLLERAS: Hay hombres solteros y maduros que millón de veces prefieren tener un gatito y/o un perrito, o los dos, como mascotas en casa… Incluso, hay quienes llegan a tener varios gatitos y perritos… Y como aplicaba el escritor argentino, radicado en París, Julio Cortázar, los sacan a pasear al parque y tirarse en el pasto y juguetear… Y los tratan, claro, como si fueran hijos… Bastaría referir el caso de Ernest Hemingway, quien todos los días cuando estaba en su finca “Vigía”, en Cuba, trepaba a la mesa a la hora de comer a su gatito preferido (tenía cincuenta) y rociaba leche en un platito con fondo y luego le echaba unas gotitas del whisky que él mismo tomaba…
PLAZOLETA: Un amigo, por cierto, tiene un gatito en casa… Y como toca el piano, cada vez que lo toca y canta, trepa al gatito a un lado del piano para escuchar el concierto y en primera fila y en exclusiva… Otro amigo saca a pasear a su perrito todos los días temprano, antes del amanecer, en el parque de la esquina… Los dos, solteros y maduros… Y así son dichosos y felices… Casi casi, el paraíso terrenal…
PALMERAS: Los hombre así suelen tener aventuras amorosas… Y hay, claro, mujeres enamoradas soñando con una vida juntos… Pero conforme transcurren los meses y hasta los años y por ningún lado miran claro, entonces, ni modo, se van… Y se van, en buen plan, pues desde un principio ellos les advierten que ningún plan inmediato y mediato tienen para casarse… Y se retiran frustradas, pero al mismo tiempo, sin rencores ni odios ni menos, venganzas… Incluso, hasta siguen llevándose bien, pero ya sin deseos ni relaciones… Casi casi, los Dorian Grey…