Luna de miel
**Nahle y Cuitláhuac
**Amor eterno...
ESCALERAS: El góber y la secretaria de Energía viven romance (romance político) y en plena luna de miel. Casi casi, luna de miel perpetua. Digamos, como el título de aquella película, “de aquí a la eternidad”.
Digamos se trata del legado obradorista en Veracruz. Los puentes tendidos para, ajá, enaltecer la calidad de vida de una población (seis millones de los ochos) zambullida en la miseria y la pobreza.
Luis Velázquez
La puerta con el aparato gubernamental está abierta y como puente de plata camino a la sucesión.
PASAMANOS: Nada ni nadie (Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Sergio Gutiérrez Luna, y ni siquiera, vaya, los priistas destapados el fin de semana por Alito, ni tampoco los azules) pondrá en riesgo el proyecto transexenal.
El arma nuclear guinda y marrón está bien pulidita. Bien podría, incluso, asentarse que “todo se ha consumado”.
El objetivo opositor sería ganar la mayoría en el Congreso local. Y que, bueno, estaría por verse.
La pareja en su luna de miel está dispuesta a todo. Primero, estrangular a los opositores internos de MORENA.
Y segundo, avasallar en las urnas con los candidatos de los otros partidos. La alianza PAN, PRI y PRD. Quizá, el nominado por el Movimiento Ciudadano.
CORREDORES: El mensaje es claro. En juego la doctrina, la experiencia, la obsesiva obsesión Cuitláhuac Nahle.
Y, claro, aplicando la enseñanza histórica de la cultura priista. Ganar de todas… todas las elecciones en el año 2024.
La sacudida política y social será planetaria.
Casi casi como cuando Fernando López Arias se la jugó con todo por su compañero y amigo, Rafael Murillo Vidal.
BALCONES: Y como cuando Rafael Murillo Vidal se la jugó con Manuel Carbonell de la Hoz, y quien, para su infortunio, solo durara como candidato priista setenta y dos horas, pues el líder nacional del PRI, Jesús Reyes Heroles, lo tumbó del barco.
Y como cuando Dante Alfonso Delgado Rannauro y Fernando Gutiérrez Barrios se la jugaron por Miguel Alemán Velasco, pero se les atravesó Patricio Chirinos Calero con Carlos Salinas.
Y cuando Fidel Herrera Beltrán apostó “hacha, calabaza y miel” a su mejor cuadro, Javier Duarte.
Y cuando Miguel Ángel Yunes Linares quiso heredar la silla embrujada del palacio a su hijo mayor, Miguel Ángel Yunes Márquez.
PASILLOS: Ahora, Cuitláhuac García con Rocío Nahle.
Incluso, hasta operando para desactivar al par de rivales morenistas como son Manuel Huerta y Sergio Gutiérrez.
El logro sensacional sería, por ejemplo, que el cuarteto (Cuitláhuac, Nahle, Huerta y Gutiérrez) terminaran dándose la mano.
La tensión nuclear política es demasiada. De por medio está quedarse con la pelota por seis años.
Y ni modo de fallar al presidente AMLO.
Ni el chamán de Los Tuxtlas adivinaría el resultado.
Ni siquiera, vaya, la dichosa encuesta porque desde ahora el delegado del Bienestar habla de encuestas amañadas.
VENTANAS: El reloj político sigue caminando en espera de una negociación. Un acuerdo. Un pacto.
Con todo y que el góber de la 4T y sus operarios, sus halcones, han intentado atar de pies y manos a los adversarios, los otros.
Quizá un movimiento de alta diplomacia política apaciguaría la efervescencia. Por ejemplo, una juntita en corto y en privado entre AMLO y los otros aspirantes y suspirantes.
La garantía, acaso, de que con los opositores en MORENA tuvieran garantizado un espacio en el próximo sexenio federal.
Si las tribus de MORENA llegaran al 2024 con fisuras y la oposición bien empalmada, entonces, hasta el triunfo en las urnas se arriesgaría.