El PRI, en caída libre al abismo, con el rechazo ciudadano en las urnas, y ellos disputando el cadáver del partido fundado en 1929 por Plutarco Elías Calles con el partido abuelito, el PNR, Partido Nacional Revolucionario.
En cada proceso electoral perdiendo más elecciones y ellos, las tribus, las elites, los mandamases, los Odorico Cienfuegos, los "Toma-Todo", luchando para adueñarse del cadáver y ver quizá, quizá, quizá, si lo pudieran resucitar.
El grupo de Alejandro Moreno, Alito, el presidente del CEN del PRI quien en la elección de diputados federales se apartara veinte curules plurinominales para él y sus amigos, igual, igualito que aplicara, siguiendo el ejemplo, Marlon Ramírez en Veracruz donde perdiera las veinte candidaturas a diputados locales y se quedara con las tres curules pluri, una para él y dos para sus amigas priistas.
Y en el otro lado de la cancha, un montón de expresidentes del CEN del PRI y que ahora cabildean ya, ya, ya, para incorporar a su causa (lanzar a Alito del partido rojo) a ex gobernadores.
Y en Campeche, la ex priista, ahora morenista, gobernadora, Layda Sansores, hija del cacique y presidente del CEN del PRI, Carlos Sansores Pérez, exhibiendo la (presunta) corrupción de Alejandro Moreno.
Incluso, las huestes en contra de Alito amenazando con llevar el pleito al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La rebatinga.
Los zopilotes priistas deseosos de sacar los ojos a Alito, lo primero que los pichos se tragan de un cadáver.
El PRI se está desmoronando, cuando, caray, en las plazas comerciales de la república amorosa están de moda los dinosaurios y los niños alquilan uno que diseñados como caballitos pasean de un lado a otro.
El dinosaurio que encarnara al priismo en "la plenitud del pinche poder".
El año pasado, los gobernadores priistas de Oaxaca, Alejandro Murat, y de Hidalgo, Omar Fayad, decidieron entregar el palacio a los candidatos de MORENA.
Y como dice el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, si el año entrante, el tricolor pierde la gubernatura del Estado de México, entonces, el fin del tricolor.
Adiós, adiosito, al partido fundado por Plutarco Elías Calles, el poderoso ex presidente de la república que impuso a cuatro sucesores, a saber, Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.
El único en la historia nacional que ha logrado un Maximato, incluso, abriéndose paso a balazos en vez de abrazos y besos, como la matanza de Huitizilac, cuando cien seguidores del candidato presidencial independiente, José Vasconcelos Calderón, fueran ejecutados con alevosía, ventaja y premeditación y hasta tiro de gracia.
El PRI, creador de la gran cultura política, entre otros rubros, los siguientes:
El Dedazo. El Autodedazo.
Las urnas embarazadas. El ratón loco. El robo de urnas.
La compra de votos.
Y el PRI que encumbrara a México en el primer lugar mundial de la corrupción política.
El PRI que si perdía en las urnas ganaba en los tribunales electorales.
El PRI donde algunos exgobernadores (Claudia Pavlovich, Quirino Ordaz y Carlos Miguel Aysa) terminaran aceptando cargos diplomáticos a AMLO, el presidente, en Barcelona, España y la República Domiicana, pues, y como acuñara uno de sus más ilustres filósofos tricolores, César "El tlacuache" Garizurieta, "vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
El PRI que concibiera "el país de un solo hombre" donde el presidente de la república es el dios terrenal... y que todavía.
La rebatinga entre Alito y los suyos, y del otro lado, Miguel Ángel Osorio Chong, Roberto Madrazo Pintado, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri y Claudia Ruiz-Massieu, entre un total de once, "los once de la tribu", los jefes máximos.

VAN POR MARLON RAMÍREZ
Semanas anteriores, "Los once de la tribu" se entrevistaron con Alito.
Y luego de dimes y diretes donde quedó manifiesta la intención de lanzarlo del PRI, Alito los "bateó" diciéndoles que se reunirían cada dos semanas.
Dueño de los órganos del partido como el Consejo Político Nacional y la Comisión Permanente, con todo y el PRI maltrecho, Alito se aferra a la silla embrujada del palacio.
Pero el tsunami sigue tomando fuerza.
Por ejemplo, en Veracruz, una parte de las tribus priistas andan otra vez con el objetivo de tumbar al presidente del CDE, Marlon Ramírez, de quien afirman es un camaleón que cambia de piel a conveniencia, como por ejemplo, cuando se aliara con el PAN de Miguel Ángel Yunes Linares.
En tanto, Alito ha decido retomar el discurso virulento en contra de AMLO, el presidente (a quien tanto han ligado, a tal grado que de Alito se convirtió en Amlito) y ahora desde la tribuna partidista pretende armar a la población para defenderse y garantizar la vida a partir de la violencia descarrilada y que en la última parte llevara al crimen de dos jesuitas en la sierra tarahumara de Chihuahua.
"Que sepan los delincuentes que la gente se va a defender de las agresiones", dijo.
Pero, caray, y más allá de la incertidumbre y la zozobra con el tiradero de cadáveres "armar a la población" significa, primero, "violentar la violencia", y segundo, el desorden y el caos, porque con todo y que, digamos, la población pudiera armarse comprando cada quien su pistola si dinerito existiera en el tiempo del COVID, la recesión y la inflación, otra cosita, mil años luz de distancia, es saber manejar el arma.
Pareciera que a Alito ya se le desenchufaron las neuronas.
Quizá así lo tenga Miguel Ángel Osorio Chong, el ex secretario de Gobernación que fuera de Enrique Peña Nieto.

UN ANCIANO DE 93 AÑOS
Fundado en 1929, a los 93 años de edad, el PRI, como cualquier hombre de nueve décadas, es un anciano.
Y un anciano con achaques, enfermedades, presión arterial alta o baja peligrosamente, quizá Alzheimer, acaso mal de Parkinson, cáncer de próstata.
Entonces, con todo y que Matusalem vivió más de novecientos años y con nueva mujer, sabrá el chamán la fuerza longeva del partido rojo.
Más cuando las mismas caras y los mismos rostros (Alitos, Moreiras, Madrazos, Osorios Chong, Paredes, Sauries, etcétera) se aferran al poder.
Nada en la vida como retirarse con dignidad, entre otras cositas, a jugar con los nietos... como Don Corleone quien muriera de un paro cardiaco jugando con un nieto en el jardín de su casa.