Niños desaparecidos como en el mes de mayo uno por día.
La Fiscal General flotando con la llegada de los Veleros al puerto jarocho en un evento turístico donde nada, absolutamente nada tenía que hacer, más que, claro, el reality-show y la pasarela.
Y vestidita como marinero como aquel tiempo cuando apareció como Gatúbela en acto público.

PASAMANOS: Los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes desaparecidos (un aproximado de veinte) buscando a los suyos.
Y esperando un milagro para que la Fiscal General ordene la prueba ADN a montón de cadáveres recuperados para lograr su identificación.
La Fiscal General inconmovible yendo al cine en Xalapa con escoltas a mirar la película "Mujercitas".
Inolvidable, bíblica, celebérrima, su frase ideológica de "Aquí mando yo".

CORREDORES: Un pueblo con ocho millones 150 mil habitantes clamando justicia. Niños huérfanos. Parejas viudas. Dolores y sufrimientos que con nada, con nada, con nada, se curan y cicatrizan.
Una silla vacía en la mesa del comedor. Una recámara, una cama, sin ocuparse en casa, siempre tendida. Una hija, un hijo, una madre, un padre, un tío, un primo, y hasta una abuela, asesinadas, y sin ubicar a los homicidas físicos e intelectuales.
Y la Fiscal General declarada como la mujer del año por su vocero oficioso, y como dijera Yuri, "lo que hay qué hacer para comer".

BALCONES: La Fiscal se toma fotos dichosas y felices con el góber y con el titular de la SEGOB jarocha.
Pero también con el Fiscal General de la Nación.
Entonces, vida feliz, placentera, regodeándose en las alturas políticas, le valen los humanos, los dolientes, los Colectivos, los familiares de las mujeres ejecutadas.

PASILLOS: Duro y rudo que la mayoría de la población electoral esté en la miseria y la pobreza. Los pinches salarios de hambre. El desempleo. La jodidez.
Y sin embargo, todavía de postre, sigan pidiendo justicia y poco falta para que cuando por ahí vieran por milagro a la Fiscal General y se le arrodillen, antigua reina de belleza, ajá, en su pueblo, jefa máxima del palacio de justicia, siempre en las alturas como, por ejemplo, cuando trabajó con Reynaldo Guadencio Escobar en el Ayuntamiento, y parece, en la secretaría General de Gobierno.

VENTANAS: Su pose en la foto ante la llegaba de los Veleros lo dice todo. Ella está en las nubes, en lo más alto de la nube. En la cima.
Pero, cuidado, la historia, la fábula y la anécdota y la picaresca dicen que a la orilla de la cisma siempre está el abismo.
El abismo con que se topara Luis Ángel Bravo Contreras con Wínckler. Y Jorge Wíncler con la Fiscal General, la primera mujer impartiendo justicia, pero ¡qué desencanto y decepción! ¡Lástima!