Calambre de Ebrard
Una foto publicada en La Jornada – México el domingo 13 de marzo lleva chanfle. Es una foto cien por ciento política. Y expresa una estrategia.
Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores, vestido con guayabera de manga larga, color blanco, y una columna con símbolos indígenas, mira a AMLO, el presidente, vestido con una guayabera igualita...como se estilaba en el siglo pasado priista.
Luis Velázquez
Ebrard tiene la mano izquierda, izquierdista que es, en el hombro derecho de AMLO.
Los dos están con casco de constructores supervisando una obra pública en el sureste mexicano.
Los dos sonríen Los dos se miran. Nadie existe para ellos más que ellos para ellos.
La foto es sintomática, indicativa y significativa.
Es un calambre derecho, derechito a Claudia Sheinbaum, la presidenciable Jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Muestra a un Ebrard zalamero con AMLO, el jefe máximo, el jefe de jefes.
Un Ebrard dispuesto a ofrendar su vida por AMLO.
Un Ebrard como un político con “lealtad ciega” al jefe del Poder Ejecutivo Federal, digamos, con la misma lealtad que tuviera a Manuel Camacho Solís, su jefe y amigo, en el siglo pasado en el Salinato.
“Aquí estoy y va mi espada en prenda” parece decirle.
Ebrard se mira feliz mirando a AMLO. AMLO le devuelve, cierto, la confianza. Pero más, mucho más, hasta el cariño y el afecto.
Los dos, felices, felices, felices, casi casi como cuando AMLO ahora cuando el fin de semana llegó a Huimanguillo, Tabasco, y la gente lo aclamaba.
“¡Te queremos, AMLO, te queremos!”.
Un paso más de Ebrard, barbechando el surco presidencial para alcanzar la candidatura de MORENA en el año 2024 a la jefatura del Poder Ejecutivo Federal.
Una vez más ya lo fue y declinó por AMLO.
Otra vez con su amigo y maestro, Manuel Camacho Solís, en el Salinato, estuvieron en la antesala, y ni modo, Carlos Salinas eligió a Luis Donaldo Colosio Murrieta y que se lo matan en Tijuana.
Y de seguro Ebrard aprendió aquella lección.
Más, cuando Camacho Solís le contó su encuentro con Carlos Salinas para ajustar cuentas luego del destape de Colosio.
“No te preguntaré, dijo Camacho a Salinas, porque elegiste a Colosio, sino ¿por qué no me elegiste?”.
Y Salinas le dijo, más o menos, aprox.:
--Primero, porque te asociaste con mis enemigos”.
--¿Cuáles?
--Cuauhtémoc Cárdenas.
--Simplemente tejí puentes.
--Segunda, porque eres muy inteligente y haces escarnio de tus compañeros del gabinete”.
MUCHAS TABLA DE EBRARD PARA SHEINBAUM
Ebrard tiene muchas, demasiadas, excesivas tablas ante Claudia Sheinbaum y el senador Ricardo Monreal Ávila.
NI para compararlos, vaya.
Pero mientras Sheinbaum ha sido hábil para congraciarse con AMLO en “el país de un solo hombre”, el presidente de la república…
El señor que pone y quita como decía Porfirio Díaz…
El jefe máximo que impone cuatro sucesores como Plutarco Elías Calles…
El señor que induce la elección del candidato a las grandes ligas, con todo y su experiencia, Marcelo Ebrard, cierto, ha ejercido su libertad, pero al mismo tiempo, creado la imagen del político que cuestiona y evidencia.
La imagen de un político libre, independiente, autónomo, con capital propio.
Incluso, en tanto está claro que Sheinbaum necesita de la fortaleza presidencial de AMLO para ser, estar y trascender en el palenque público nacional, Ebrard se mueve con sus luces.
Y, bueno, con Manuel Camacho Solís ante Carlos Salinas de Gortari y, además, la historia lo expone y reitera, el presidente de la república suele favorecer con la decisión más importante del
sexenio, al político que esté seguro “le cuidará las espaldas” y garantizará un retiro tranquilo, sin sobresaltos.
Y Sheinbaum lleva más camino ganado y amarrado que Ebrard.
Por eso la foto publicada en La Jornada es tan subliminal como insinuante y expresiva.
GANAR LAS NEURONAS DE AMLO
Igual que el presidente Luis Echeverría Álvarez, AMLO anticipó la sucesión y destapó a sus posibles jugadores.
A partir de la fecha, la mayoría, más los conscientes de la posibilidad (Sheinbaum y Ebrard) cambiaron la estrategia política y en el día con día han sembrado el surco de semillas reproductoras para ganarse las neuronas y el corazón del obradorismo.
Más notoria que Ebrard, la Sheinbaum se ha movido de norte a sur y de este a oeste del país para que la conozcan y en lo que el secretario de Relaciones Exteriores, SRE, lleva camino andado.
Todavía más: los dos están cuidando con pulcritud el trato con AMLO y sus declaraciones y acciones para quedar bien con el chamán.
Incluso, y por encima de los otros aspirantes y suspirantes, el más intenso, el senador Ricardo Monreal Ávila, pareciera que del lado de “La mañanera” la jugada está, estará, entre la jefa de Gobierno en la Ciudad de México y el titular de la SRE.
Por delante quedan dos años y medio, aprox., para el destape. Y Ebrard, todo indica, pareciera reinventarse en el trato presidencial.