Padres desesperados
•Hijos desaparecidos
•Córdoba sublevada
UNO. Padres desesperados, hijos desaparecidos
En Córdoba, como en el resto de Veracruz, un montón de padres de familia están desesperados. Sus hijos, desaparecidos desde hace mucho tiempo.
Pero al mismo tiempo, viven con la esperanza.
Luis Velázquez
Y por eso, los siguen buscando.
Y empezaron una nueva campaña social y moral para visibilizar a los parientes desaparecidos.
En el parque 21 de mayo colocaron las fotos de los suyos, los datos, la edad, la estatura, y los teléfonos donde las personas generosas con alguna información pudieran reportarlos.
Es la gran búsqueda por los desaparecidos en un Veracruz en el segundo lugar nacional de feminicidios que repitió López Obrador después del comunicado de Seguridad Pública nacional con la estadística de la muerte.
DOS. Impotencia y dolor
En otras regiones de Veracruz (Orizaba, Veracruz, Xalapa, Poza Rica y Coatzacoalcos), los familiares, madres y padres, también visibilizan a los suyos desaparecidos.
“Tenemos muchísimos años en este recorrido y sabemos del dolor y la impotencia que se siente por no tener a quien acudir” dice el Colectivo “Madres Luna”, de Córdoba, a través de su vocera, Marcela Zurita.
TRES. Desdén de la Fiscalía General
Y es que además del hijo secuestrado y desaparecido, el desdén y la bofetada de la Fiscalía General cuando los Colectivos tocan la puerta de su oficina.
Por eso, siguen levantando la voz con exposiciones fotográficas de los parientes plagiados y desaparecidos, primero, para visibilizar a los suyos.
Segundo, para recordar a la autoridad que continúan esperando resultados concretos, específicos y macizos.
Tercero, para que las familias que apenas están sufriendo y padeciendo la desaparición de un familiar, busquen a los Colectivos, entre otras cosas, para orientarlas “y que no se pierdan momentos precisos”.
CUATRO. Hogares enlutados, niños huérfanos
El único logro del gobierno de Veracruz en el transcurso de este año, incluso, de los tres años, y que sería el informe anual es el dolor y el sufrimiento de cientos, miles quizá, de familias con parientes secuestrados y desaparecidos.
Es un dolor canijo, duro y rudo, brutal, que atraviesa de sur a norte y de este a oeste.
Y con número incalculable, por ejemplo, de hogares enlutados, quizá niños huérfanos, acaso parejas viudas.
Un sufrimiento que con nada se cura y que, por el contrario, todos los días está ahí, latente, a la hora del desayuno, la comida y la cena, y a la hora de dormir cuando la cama donde dormían está vacía.
CINCO. La desgraciada soledad
Además, la soledad.
Una canija soledad que cada vez se multiplica cuando se vive “atrapados y sin salida” en la encrucijada de la duda y el temor.
Por ejemplo, si el familiar desaparecido está vivo o está muerto.
Y si está vivo estará bien. Y si comerá a sus horas. Y si le darán tiempo y espacio para asearse. Y si está enfermo, si le darán las medicinas.
Y si lo están torturando. Y si es mujer, se la están ultrajando.
SEIS. “¡Ayúdanos a que regrese!”
Pero lo más grave la incertidumbre de si vive o está muerto.
O sepultado por ahí en una fosa clandestina, y como dice el Colectivo “Madres Luna”, sepultado en alguna fosa en Omealca, Orizaba y Córdoba, las nuevas regiones siniestras, sórdidas y sombrías de la desaparición y la desaparición forzada.
“¡Ayúdanos a que regrese!”. Si sabe algo por favor comunícate a los teléfonos…” dicen las cartulinas del Colectivo “Madres Luna”.
He ahí el gran resultado de la 4T convertida en gobierno en Veracruz.