entonces, podría (podría, digamos) esperarse que otorgue la amnistía a las nueve mujeres presas en las cárceles de Veracruz por aplicarse un aborto en tiempo pasado.
Más cuando el aborto ha sido despenalizado por la XVL Legislatura con mayoría de MORENA.
Más cuando si AMLO ya aprobó la liberación, incluso, de presos políticos, caray, liberar a las presas abortistas le permitiría como a Miguel Hidalgo en 1810, ganar simpatías y voluntades y aplausos y loas para su causa.
Su causa que en todo caso es la causa superior, única y exclusiva de López Obrador.
Pero...varios días después de que el Congreso local legalizara el aborto, Kuitláhuac y sus asesores, ni fu ni fa.
Unos están ocupados con el regreso a clases presenciales, digamos (y una disculpa), “a güevo”.
Otros, mantienen su optimismo turístico en la lanchita de "El cuenqueño" para mover el turismo en el río Papaloapan navegando de Cosamaloapan y Tlacotalpan a Alvarado, quizá pasando por Otatitlán, la tierra donde naciera el secretario General de Gobierno, impulsor, afirma, del proyecto, y que, dicen, para beneficiar a un empresario sureño originario de Coatzacoalcos.
Y si las 9 mujeres presas están encarceladas por abortar, pues ahí que sigan.
Ellas se lo buscaron dirán en la 4T...