Pesada carga histórica
Ellos llegaron avasallantes procedentes de Chicontepec como pareja metida al primer plano de la política en MORENA.
Y llegaron por la izquierda.
Igual, igualito, que su paisano y antecesor, quizá, el político más famoso en la historia local en el norte de Veracruz.
Y si son o fueran como Francisco Ignacio Madero, creyentes de los médiums, quizá hasta tendrían la buena vibra y el mejor karma del coronel Adalberto Tejeda Olivares, nacido en una comunidad de Chicontepec y desde allí ascendido al más alto decibel de la vida pública en el siglo pasado.
Luis Velázquez
Nadie dudaría de que hasta una foto suya tendrían en el altar de su casa para ser iluminados cada día.
Fulgurante, alucinante, estelar, la vida de Adalberto Tejeda, 1883/1960, el paisano de Guadalupe Argí¼elles Lozano y su esposo, Gonzalo Vicencio Tovar.
Síndico en su pueblo, diputado federal por el estado de Querétaro. Coronel y general al lado del general Cándido Aguilar, el yerno del presidente Venustiano Carranza. Dos veces gobernador de Veracruz, en los años 1920 y 1928, ocho años en total.
Secretario de Comunicaciones con el presidente Plutarco Elías Calles. Candidato presidencial de Elías Calles, pero de pronto (ni modo, así es la política) al general ílvaro Obregón se le ocurrió que otra vez sería jefe del Poder Ejecutivo Federal, y se lanzó, y Tejeda Olivares debió regresar a Xalapa para seguir trepado en el trono imperial y faraónico.
Candidato presidencial del Partido Socialista de las Izquierdas frente a Lázaro Cárdenas del Río, y quien lo derrotara.
Embajador de México en Francia nombrado por Lázaro Cárdenas.
El único gobernador del país que enfrentara a ílvaro Obregón en par de ocasiones. Primero, defendiendo a los agraristas ante los latifundistas blindados por Manuel Parra, el cacique y pistolero de “La mano negra”. Y el segundo, defendiendo a los habitantes de la ciudad de Veracruz que se lanzaron contra los latifundistas urbanos, dueños de los patios de vecindad, y en donde imponían rentas demasiado elevadas.
Desde luego, la carga política de Tejeda Olivares fue y es demasiado pesada para Guadalupe Argí¼elles y Gonzalo Vicencio.
Pero, bueno, la lucha hicieron.
DESDE ADENTRO CAEN LOS IMPERIOS
En su lucha para trascender de Chicontepec en el norte de Veracruz, enfrentaron al otro cacique. Manuel Francisco. Líder del partido Verde. Diputado local. Presidente municipal que también heredara la silla edilicia a uno de sus hijos, alcalde en funciones.
Entonces, por aquí ella fue ungida secretaria de Trabajo y Previsión Social en el gabinete del góber jarocho de Amlove… que le declaran la guerra a su adversario y enemigo. Y que lo refunden en el penal de Pacho Viejo, acusado de secuestro y agravios.
Después, el buen karma a su favor, ella designó a una de sus hijas, apenas egresada de la facultad de Leyes, jefa del departamento de Amparos de la secretaría, bajo el argumento de que era la única profesional capaz, eficiente y eficaz para desempeñar el cargo.
Y el góber jarocho de Amlove la sostuvo en el nepotismo, tráfico de influencias y conflicto de intereses.
Luego, en Tantoyuca, ella y el marido fueron señalados de violentar a los morenistas miembros de los “Sembradores de Bienestar” y el góber aguantó vara.
Entonces, el marido, Gonzalo Vicencio Tovar, soñó con el liderazgo en MORENA y fue encumbrado con la secretaría General por abajo del favorito oficial, Esteban Ramírez.
Los astros acomodados a favor de la pareja. Juntos, empujando la carreta. Todo, porque hacia mediados del año 2018 fueron activistas de MORENA, con todo y que el otro cacique de Chicontepec, los derrotara en las urnas.
Y de pronto, ¡zas!, el Waterloo. Bien escribió Morris West en su famosa novela, El arlequín. Los imperios y los emporios descarrilan desde adentro.
Un hijo de ellos resbaló en la vida. Detenido la semana anterior en estado ebrio, con droga, y manejando automóvil oficial de la secretaría de Trabajo, “la cuerda se rompió por lo más frágil”.
Y ella, Guadalupe Argí¼elles Lozano, debió, quiso, o le pidieron la renuncia. Que por motivos personales como reza el dicho universal en casos parecidos aquí y en China.
“La edad de la tentación” se llama una película donde actúa Fernando Luján (“El coronel no tiene quien le escriba”) y en donde con sus amigos naciendo a la vida, 17, 18 años, Luján interpreta a un chico que cae, primero, en la alcoba de una trabajadora sexual, y segundo, en la droga, inducido por ella. Al final de la película, el padrote de la cortesana lo mata a cuchilladas.
El legítimo sueño de honrar la memoria de Adalberto Tejeda Olivares, el gran luchador social de la izquierda en la primera parte del siglo pasado, descarriló en la ruleta rusa de las tentaciones efímeras.
LA EXSECRETARIA CAYÓ PARA ARRIBA
Con Fernando Gutiérrez Barrios, Chicontepec y Huayacocotla fueron explosivos a los 7 días de su toma de posesión. El cacique Luis Rivera Mendoza con sus pistoleros emboscó y mató a una familia. Los padres y dos hijos. Uno de ellos, una bebé de dos años en la brazos de su señora madre. Y a los 4 zamparon el tiro de gracia.
Antes, con Agustín Acosta Lagunes, surgió una leyenda en el pueblo. El vengador solitario luchando contra la injusticia social, llamado Dolores Hernández, un ex soldado dado de baja, y quien nunca fue identificado.
En Huaya, la sede de los jesuitas soñando con un mundo mejor.
Y si en aquel tiempo otro cacicazgo fue indicativo con los hermanos Sahagún, el cacicazgo ahora del Partido Verde con Manuel Francisco, famoso en la cancha nacional porque entonces, trepado en la curul, aseguró que la única forma de dominar a las mujeres era a base de morunazos.
En la región también hay la cara amable, digamos. José Guadalupe Osorio Cruz, el prócer agrarista fundador de la Liga de Comunidades Agrarias. Alfonso Medellín Zenil, el antropólogo. Leopoldo Kiel García, el filósofo.
En Chicon, el gallo está considerado el mejor compañero del hombre. Y más allá de que es un animalito muy macho que colecciona gallinitas para uso sexual, porque avisa del mal tiempo a tiempo, cantando hacia las diez de la noche.
Por ahora, el repliegue de Guadalupe Argí¼elles. Quizá su marido seguirá en la contienda por MORENA. Acaso ella mire cerca la candidatura de la izquierda a la presidencia municipal de Chicontepec, luego del hijo del otro cacique, Manuel Francisco.
Y de ser así, y aun cuando renunciara o fuera renunciada a la secretaría de Trabajo y Previsión Social, habría caído para arriba. El dedazo de MORENA será “la crónica de un triunfo anunciado”.
Finalmente, Adalberto Tejeda Olivares empezó su vida pública como síndico.