92 kilos de peso y seis años de bullying
•Su peso, motivo de burlas, críticas y rechazos en la escuela primaria. Veracruz, segundo lugar nacional en obesidad infantil
•Empeora acoso escolar tratándose niñas y niños homosexuales. Seguimiento a escuelas de la SEV en Veracruz
Nancy Aranda luce ahora delgada y atractiva, usa vestidos sin complejos y no tiene pudor en tomarse fotografías para su Facebook. Hace trece años su vida no era así, los 92 kilos que pesaba a sus 12 años de edad fueron motivo de burlas, críticas y rechazos.
Rosalía Vázquez
Veracruz ocupa el segundo lugar en obesidad infantil, superado únicamente por el Estado de México. A pesar de las modificaciones de ley para evitar la venta de alimentos chatarra en las escuelas, la cultura de la alimentación saludable no ha sido adoptada por los veracruzanos.
La obesidad trae consecuencias de salud en niños y adolescentes, pero además genera problemas sociales como el acoso escolar.
Rosa Feijoo Andrade, integrante de la Asociación Civil “Hacia un Sentido de la Vida” y experta en bullying, los niños que sufren mayor acoso escolar y agresiones por parte de sus compañeros, son los que sufren de sobrepeso y obesidad.
Mientras que el bullying que se ejerce con mayor odio es el que va dirigido contra niñas y niños homosexuales o de cualquier identidad de género que no sea la establecida.
La activista ha impartido talleres sobre bullying en escuelas de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), gracias a eso ha podido detectar cómo se comporta este fenómeno y la forma que tienen los adultos de enfrentarlo.
“El bullying por homofobia es el peor de los tipos de bullying, el que se hace con más odio y más saña. El más frecuente es el bullying a los niños obesos. El niño gordito llega a su casa y mamá lo apapacha, lo mismo con el niño indígena, pero a veces al niño homosexual en casa también lo desprecian”.
Desafortunadamente, los profesores desconocen este fenómeno, no saben cómo detectarlo ni como intervenir para prevenir y erradicarlo de las aulas escolares, lo que provoca que el acoso siga incrementando.
Pero, además, la Ley antiacoso del estado está mal redactada (fue presentada en el año 2011), no ha sido difundida y criminaliza a los niños y jóvenes en lugar de atender el problema de violencia que los lleva a cometer el bullying y a ser víctimas del mismo.
“Está muy mal hecha, fue hecha a la carrera por una diputada priista (Ainara Rementería) porque venían las elecciones. Tiene unos defectos enormes, en otros estados se habla de tres personas que intervienen: el agresor, el agredido y los espectadores, pero ésta ley no los nombra como espectadores sino como cómplices”.
El término de complicidad genera que los niños espectadores del acoso sean criminalizados en lugar de entender que ellos no actúan en defensa porque no se les enseña qué hacer al respecto.
Además, tampoco se dictamina en la ley apoyo psicológico para el niño agresor, que generalmente vive en un ambiente de violencia en su hogar y por eso ejerce violencia en su escuela.
“Hay un párrafo pequeño que dice que hay que apoyarlo, y un párrafo enorme para ver cómo lo vamos a castigar. La ley es muy punitiva para los niños”.
Rosa Feijoo recordó que el año antepasado impartió alrededor de 180 talleres sobre bullying dirigidos a profesores y padres de familia, el año pasado no fue contratada por la Secretaría de Educación por las huelgas de maestros, y este año se espera retomar la actividad.
“BAJÉ DE PESO POR MI BAJA AUTOESTIMA Y MIS RODILLAS”
Nancy era una niña con sobre peso, usaba anteojos, de piel más morena que la mayoría de sus compañeros, siempre tuvo una sonrisa amplia pero ser “gordita” no ayudaba mucho a su vida social, especialmente en un ambiente tan hostil como es la escuela primaria en una colonia de la periferia.
Decidió que no sería más la niña gordita, a la que le lanzaban insultos y la menospreciaban los niños. Cuando entró a la secundaria disminuyó la cantidad de comida que ingería, seleccionó mejor sus alimentos y se puso a hacer ejercicio.
“Tenía desgaste articular en mis rodillas y el médico me dijo que si no bajaba de peso me iba a tener que operar. Y entré a la secundaria, tenía baja autoestima, me ponían apodos, se burlaban de mí, yo hacía como que no me importaba pero me empezaron a gustar los chicos”.
No le gusta recordar esos capítulos en su vida, prefiere no repetir los apodos de los que era víctima. Y aunque asegura que gracias a su simpatía tenía muchas amigas y amigos, nunca faltó quien la ofendiera por su complexión, especialmente las niñas delgadas.
Ahora se ve mejor, aunque “para ser honesta, mi autoconfianza era mayor cuando estuve en esa situación porque vas dañando tu autoimagen, tu autorespeto, y te haces susceptible a las críticas de los demás”.
A Nancy le gustaban los dulces, adentro de su escuela los vendían, también había señoras que los llevaban hasta la puerta de entrada por un precio más accesible. Había dulces a la hora de la entrada y de la salida, en el recreo, los fines de semana, cerca de casa.
A eso se suma que “comía desmedidamente” y no realizaba ninguna actividad física. Ella aún no entiende por qué si en México la obesidad es un factor predominante en los problemas de salud, los niños y jóvenes se siguen burlando y atacan a quienes tienen este problema.
ENSANUT
De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) realizada en el año 2012, el sobrepeso y obesidad en menores de cinco años ha registrado un ligero ascenso en los últimos 20 años. El principal aumento se registra en la región norte del país, que alcanza una prevalencia de 12% en 2012, 2.3 puntos por arriba del promedio nacional.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 34.4%, donde los niños son quienes presentan mayor obesidad con el 36.9 por ciento, y las niñas con 32 por ciento. Lo que en total representa alrededor de 5 millones 664 mil 870 niños con sobrepeso y obesidad en México.
VERACRUZ
La ENSANUT en Veracruz reportó que la obesidad y el sobre peso en niños de 5 a 11 años de edad fue de 24.3 por ciento y 12.5 por ciento, respectivamente (suma de sobrepeso y obesidad, 36.8%).
“La prevalencia de sobrepeso en localidades urbanas aumentó de 2006 a 2012 de 19.0 a 27.3% y para las rurales fue de 17.7 a 19.9%. La suma de ambas condiciones de estado de nutrición (sobrepeso más obesidad) en 2012 fue mayor para las niñas (37.6%) en comparación con los niños (36.0%)”.
Mientras que en el caso de los adolescentes de 12 a 19 años, en el año 2006, 31. 7 por ciento de los adolescentes presentó sobrepeso más obesidad, y para el año 2012 incrementó al 40.8 por ciento (casi la mitad de la población).