El primer día…
1 (“Vamos a cuidar a las mujeres”)
El primer día de la gobernadora de Veracruz fue así:
En la víspera, ocho hombres desembrados en Hueyapan de Juan Javier Gómez Cazarín. (El hijo agradecido obsequiando la presidencia municipal al padre en el tiempo de “la honestidad valiente y la purificación moral”).
Veracruz:
Feroz persecución de policías contra malandros. Un policía herido. Fuego cruzado.
Acayucan:
Un hombre detenido fallece en patrulla policiaca.
Veracruz puerto:
Desaparece Betzi, de 19 años. La familia bloquea la avenida J. B. Lobos.
Nanchital:
Restos humanos en una calle de la colonia Democracia y Libertad. Vecinos incapaces de soportar el hedor.
Martínez de la Torre:
Un hombre ejecutado a balazos. El cadáver tirado a media calle.
Río Blanco:
Un migrante cae del tren. Y muere.
Pero en el municipio de Rafael Delgado, en el centro de Veracruz, una agresión que “de unos presuntos policías ebrios” a una señora y dos hijos.
Digamos, un agravio a una mujer y sus hijos.
Digamos, que en verdad, en verdad, en verdad eran (son) “presuntos policías”.
Los polis iban en una motocicleta. Exceso de velocidad. Carretera de Rafael Delgado a Orizaba.
Y a la altura del poblado Shalapa, de Novillero Chico, los atropellaron.
Luego, huyeron.
Hasta ayer, un niño, Samuel, grave en el hospital.
Incluso, entubado.
Además, lesiones en la cabeza.
Por eso, significativa la promesa, el juramento, el ofrecimiento, de la gobernadora en la toma de posesión
“Vamos, aseguró, a erradicar el femicidio”.
Y precisó: “Vamos a cuidar a las mujeres”.
Veracruz (¡vaya herencia del antecesor) convertido (y por vez primera en la historia) en campeón nacional en feminicidios.
Claro, en el anterior viaje sexenal el posible tráfico de influencias de Xalapa a la Ciudad de México llevó a una autoridad a decir que Veracruz había descendido al segundo lugar.
Luego, otra autoridad, al tercero.
Después, otra, al cuarto.
Y hacia el final de la noche, otra más, al quinto.
Pero, bueno, las ONG y los 34 (treinta y cuatro) Colectivos de Veracruz, integrados con padres con hijas y parientas secuestradas y desaparecidas, “tienen otros datos.
La peor pesadilla del Estado jarocho se llama Feminicidio.
2 (Pendientes sociales en los cuatro puntos cardinales)
Grave pendiente el tiradero de cadáveres femeninos en los cuatro puntos cardinales de Veracruz.
Grave pendiente los cadáveres flotando en los ríos.
Y colgados de puentes.
Grave pendiente las cabezas decapitadas y hasta abandonadas en el centro de un antro.
Grave pendiente el Veracruz ensangrentado.
Grave pendiente las personas secuestradas en su domicilio particular.
Grave pendiente los carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros dueños de la agenda setting en el Estado jarocho.
Pero más, mucho más duro y rudo un Veracruz campeón nacional en feminicidios.
Más cuando nunca antes en la historia de los 78 (setenta y ocho) gobernadores el feminicidio había, incluso, tomado carta de adopción de cara al Golfo de México.
Indicativo, Veracruz en feminicidios por encima de Tamaulipas, Sinaloa, Jalisco y Chihuahua.
¡Ay, en el siglo pasado, una película sobre los feminicidios en Ciudad Juárez con Jennifer López y Antonio Banderas en papeles estelares como reporteros!
Y si al capitán Fernando Gutiérrez Barrios le bastaron cuarenta días y cuarenta noches (los días del diluvio universal) para pacificar Veracruz en el tiempo de “La Sonora Matancera”, el gran desafío, reto mayúsculo, es que antes, mucho antes del cántico bíblico del gallito, el feminicidio sea erradicado hoy.
¡Hosanna, hosanna!
3 (Rastrear a feminicidas debajo de las piedras)
Digamos, una batida genera de las corporaciones policiacas contra los feminicidas y para buscarlos hasta debajo de las piedras.
Y una batida de la Fiscalía General para seguir la pista de tantas denuncias de feminicidas.
Una batida en las agencias de los Ministerios Públicos y juzgados para aplicarse lo más pronto posible y con eficacia y eficiencia.
Una alianza con hechos concretos y específicos con los 34 Colectivos para, entre otros hechos y cositas, escuchar sus informaciones privilegiadas, por ejemplo, de los sospechosos, y proceder con la guillotina bien afiladita y apretando el acelerador hasta el tuétano.
Y con las ONG.
Y que los carteles y cartelitos, malosos y machitos vean desde el gobierno del Estado la prioridad número uno como erradicar los feminicidios.
Y erradicarlos (ajá) más allá de las cifras alegres y los espejismos políticos, sociales y mediáticos.
Cada feminicidio a partir de ahora significará que la era Cuitláhuac se está repitiendo.
Vaya, cada feminicida detenido ha de convertirse en un anuncio tipo Coca-Cola para que la mitad del mundo y la otra mitad esté enterada.
Y de paso, los malosos y los machitos también…
4 (Palabrerío ramplón)
La gobernadora: “Vamos a erradicar el feminismo”.
El ex gobernador: “En Veracruz, las mujeres pueden soñar y realizarse libre”.
Palabras.
Palabras.
Palabras.
“El camino al infierno está sembrado de buenas intenciones”.
¡Hosanna, hosanna! (lv)