Lejos del “mundanal ruido”
**Y lejos de la frivolidad
**Vivir como ermitaños
EMBARCADERO: De pronto, la escritora francesa Simone de Beauvoir comenzó a perder la emoción social y el interés y la curiosidad por los eventos y las ceremonias públicas... Con todo y que Charles de Gaulle gobernaba Francia y André Malraux era el ministro de Cultura... Entonces, habló con su pareja, el escritor Jean Paul Sartre, y ella se fue de París, donde vivían... Y se llevó la máquina de escribir, libros, tocadiscos y radio de transistores
Y se refugió en un hotel en un pueblo con bajo perfil… Y “los días serenos se destacaron”…
ROMPEOLAS: Y mucho tiempo vivió lejos, muy lejos, del “proceloso mar de la política” y de la literatura y de la cultura y del periodismo… Tanto que, por ejemplo, en aquel tiempo nunca leyó periódicos… Su vida giró alrededor de la escritura y la lectura de libros… Y de sentarse al sol en el parque a mirar los árboles y los pájaros volando de unas ramas a otras… En el parque había un lago… Y mirar a los patos hacer el sexo en la orilla… Y en las noches, hasta su recámara en el hotel llegaba el cántico de los ruiseñores…
ARRECIFES: Estaba harta de la vanidad, la frivolidad, la soberbia y la petulancia tanto de los políticos como de los escritores… Y, caray, hasta de los amigos engreídos que porque a su vez eran amigos de Charles de Gaulle y Malraux… Luego, Sartre la alcanzó y agarraron camino a otros pueblos y otras naciones… Al fin escritores y articulistas, podían escribir novelas y cuentos y ensayos para la prensa periódica desde cualquier latitud geográfica del mundo…
ESCOLLERAS: Una vida preciosa, bella y singular la de los escritores… Claro, también de los creadores… Pintores… Escultores… Dibujantes… Compositores… Etecé… Etecé… Famoso en México, por ejemplo, y en el siglo pasado, Carlos Fuentes Macías, y quien de hecho y derecho vivió en todos los rincones del planeta… En Londres, por ejemplo, solía permanecer varios meses cada año encerrado en su departamento tecleando y tecleando novelas y cuentos… En la tarde, salía a cenar con su esposa Silvia Lemus en un restaurante y luego iban al teatro y/o al cine… En Londres, afirmaba, nadie me conoce y nadie me molesta ni friega el día con llamadas telefónicas y con visitas sin tener una cita…
PLAZOLETA: En un momento estelar de su vida, el periodista Ricardo Rubín Pulido dejó la ciudad jarocha y se fue con la familia, la esposa y un hijo, a vivir en Corpus Christi… Y como era corresponsal de veinticinco periódicos en México donde publicaban su columna “A cien por hora”, desde Corpus Christi las enviaba por correo… Y cada medio le pagaba, en el siglo pasado, mil pesos mensuales, suficientes para vivir con dignidad y “con la medianía de su salario”… Y todos en la familia eran dichosos y felices… Rubín se fue para agigantar el destino de su hijo…
PALMERAS: Fascinante una vida así… Por ejemplo, como los elefantes, los únicos animalitos que cuando sienten el aviso de la muerte, sin avisar se retiran de la manada al monte y en la selva buscan una cueva de su estatura para refundirse y esperar la hora definitiva… Y únicamente salen a merodear para alimentarse… Y de nuevo, con la misma prontitud y entereza, vuelven a la cueva… Los días y las noches de los monjes en el monasterio y de los ermitaños en sus cuevas y/o departamentos, son fabulosas… Más, cuando en la vida llega un momento en que la persona ha dado todo y la energía física está agotada… Y aniquilada la emoción social… (lv)