Amarrarse la lengua
**Convengo por no alegar
**Huir de las discusiones
EMBARCADERO: Nada provechoso como huir de las discusiones en el trabajo, el salón de clases y las reuniones amicales... Más considerando que, por lo regular, a ninguna conclusión suele llegarse... Peor tantito, el riesgo universal de que los amigos, compañeros, conocidos y hasta familiares, queden enfrentados y conflictuados... Y desde luego la relación se rompa... Por eso, y entre tantos otros, el famoso escritor Graham Greene siempre se escabullía de los debates literarios
cuando asistía a los foros internacionales…
ROMPEOLAS: Graham Greene mejor prefería encerrarse en la habitación del hotel a leer y escribir… Y/o en todo caso, hacer el amor con la pareja en turno… Vaya, una barbie… También solía caminar solo en la ciudad extranjera visitada… Y tomar el café en un restaurante… Y solitario… Leyendo el periódico y/o el libro que traía en la mano… Y sin dar entrevistas ni ruedas de prensa a los medios… Y es que las discusiones son, suelen ser, intrascendentes… Cada parte defendiendo “su verdad histórica”… Y sin llegar a un acuerdo… Y con frecuencia, hasta pleitos a golpes…
ARRECIFES: La señora “Eme” tenía una frase memorable y citable… Decía: “Convengo por no halagar”… Así, y de manera categórica, terminaba alguna confrontación por ahí… Además de que como forma de vida “para llevar la fiesta en paz” siempre las evadía… Vaya, nada más tan útil en tales circunstancias como el lenguaje monosilábico… “Sí… No… Quizá… Tal vez… No estoy enterado… Me voy a informar”… Tremendos zipizapes se arman cuando, por ejemplo, en el palenque público se atraviesan temas políticos, sociales y económicos… Incluso, vaya, cuando giran alrededor de un político controvertido y polémico…
ESCOLLERAS: La vida es así: la gente es muy, muy, muy protagónica… Vive obsesionada con imponer su punto de vista… Más, mucho más, si es jefe, gerente, patrón, político encumbrado… ¡Y ay si la persona es soberbia, autoritaria, posesiva, manipuladora y mandona!... Entonces, nada mejor que (y de ser necesario, inevitable) escuchar en silencio… Amarrarse la lengua… Y mantenerse a la expectativa… La vigencia del dicho popular (y tan sabio): “El pez por la boca muere”… Y “todo lo que me digas se te volverá en contra”… Nada ilustra el caso como la película “Chicas malas” donde una jovencísima Rachel Mc Adams se siente y cree la octava maravilla del mundo y vive obsesionada con imponer su voluntad (mejor dicho, caprichos y berrinches) a las amigas…
PLAZOLETA: Más todavía: de acuerdo con el sicólogo y el terapeuta familiar, si en una relación amorosa, la mujer y el hombre son explosivos, tarde o temprano estallarán… En todo caso, lo ideal es que en uno de los dos quepa la prudencia, la mesura, la sangre fría y toda la tolerancia del mundo para estar, ser, mantenerse y trascender en la relación… De lo contrario, la buena vibra y el mejor karma se irán por las cañerías… Y la historia de amor tronará de forma irremediable…
PALMERAS: El escritor Graham Greene (igual, igualito, que la señora “Eme”) huía de las discusiones en ningún momento porque fueran intolerantes, sino porque significa un tiempo perdido… Y nada más duro y rudo como “perder el tiempo” como escribiera en su famosa canción el cronista Renato Leduc, por cierto, el escritor que rechazara la oferta matrimonial de María Félix… Y que solía llegar al café de La Parroquia, en la avenida Independencia, en el siglo pasado, hacia las diez de la noche… Y colocaba su máquina portátil de escribir en la mesa para teclear la crónica del día… (lv)