García, el góber, se construyó su propia fama. El góber número 78 (setenta y ocho) de Veracruz proyectó su identidad “al pie de la letra”, sin rodeos.
Deseó, por ejemplo, que la mitad de la población Veracruz y casi casi la otra mitad, lo conociera como un hombre salsero, danzonero y huapanguero.
Y chicharronero (comiendo chicharroncitos en la vía pública).
Y camaronero (porque gusta de cocinar camarones enchipotlados para los amigos.
Y jaranero (porque de pronto alguien le filtró que Claudia Sheinbaum Pardo toca la jarana, y él también).
Pero le faltó una cualidad. Su tendencia y proclividad a ser “un bocón”.
Un político, incapaz de “amarrarse la lengua” como dice el relato bíblico.
Y olvidó la sabia enseñanza de la cultura priista de que cuando el jefe máximo te anuncia (en corto y privado) sobre un cargo público que te otorgara ha de guardarse el secreto hasta después de tomar posesión.
Y canturreó el legítimo deseo de la presidenta de la república cuando, además, anunciara que todos los gobernadores de Morena a punto de concluir el periodo constitucional de seis años serían incorporados a su gabinete legal y ampliado.
Entonces, García, el góber, quedó en el centro del deporte favorito en Veracruz y de cara al Golfo de México como es el gran deporte de la especulación.
Unos apostadores lo ubicaron como secretario de Estado. Incluso, titular de Educación Pública.
Y luego de los primeros anuncios oficiales, nada.
Otros como subsecretario de Estado.
Y nada tampoco.
Otros como director de Pemex y cuando el titular fue anunciado, nada.
Otros más, lo ubicaron como director de una Comisión de Energía Renovable.
Y está a la espera.
Pero ante las circunstancias y los hechos, otros observadores publicaron que sería nombrado maestro de tiempo completo y con la más alta categoría en la Universidad Veracruzana y en donde el rector Martín Sánchez Aguilar, egresado de la Soborna, lo condecorara como inventor de un aparato cuya eficacia y resultados pocos, digamos, conocen.
Después, y en la cúspide de la especulación, lo han venido mirando como Embajador.
Y embajador, ni más ni menos que en Cuba, la nación preferida del expresidente Andrés Manuel López Obrador, hacedor de García, Cuitláhuac, el góber.
Por lo pronto, y “sea lo que sea”, García sigue despachando en el palacio de gobierno de Xalapa con una semana anterior desquiciante.
Los malos exhibiendo el puño y las bíceps, los guantes puestos, con la masacre en Martinez de la Torre.
Y la otra masacre en Perote.
Y la otra en Tecolutla.
Y la feroz persecución entre la policía y los sicarios en Tuxpan y que obligara a suspender las clases del sistema escolar en tanto la Universidad Veracruzana apostaba, como en el tiempo del COVID, a las clases por Internet.
Luego, claro, de cuando los vientos huracanados arreciaran en Boca del Río con las seis muchachas colombianas desaparecidas durante seis días y liberadas cuando la Interpol, la organización internacional de la policía criminal, con sede en Lyon, Francia, interviniera.
Ya se verá, entonces, si los astros acomodados a favor, digamos, de García, el góber, lanzan fuegos artificiales con la nueva buena.

II (La vida después de la gubernatura)
Miguel Ángel Yunes Linares. La Senaduría suplente.
Javier Duarte. El Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Fidel Herrera Beltrán. El retiro. Y la enfermedad.
Miguel Alemán Velasco. La iniciativa privada.
Patricio Chirinos. La asesoría al magnate Carlos Slim Helú.
Dante Delgado Rannauro. Convergencia por la Democracia, hoy Movimiento Ciudadano.
Fernando Gutiérrez Barrios. La Senaduría.
Agustín Acosta Lagunes. El retiro.
Rafael Hernández Ochoa. El retiro.
Rafael Murillo Vidal. La dirección General de Correos.
Fernando López Arias. El retiro.
Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines. La presidencia de la república.
Antonio López de Santa Anna. La presidencia de la república.
Guadalupe Victoria. El primer presidente de México luego de su tiempo efímero (unos meses) en la gubernatura de Veracruz.
El destino de García, el góber, por ahora, en el limbo.

III (Un político en la leyenda)
De hecho y derecho, la vida pública de Cuitláhuac forma parte de la leyenda.
Una leyenda, por ejemplo, cuando la profe Gloria Sánchez (acaba de terminar como senadora de la república) lo llevara con Andrés Manuel López Obrador y lo ungiera su candidato a diputado federal.
Otra leyenda cuando diputado federal, en par de ocasiones, AMLO, el expresidente, lo eligiera candidato a gobernador.
En el año 2016, cuando fuera derrotado en las urnas por el panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Y en el año 2018 cuando derrotara en las urnas al panista Miguel Ángel Yunes Márquez y al priista José Yunes Zorrilla.
Leyenda, porque Cuitláhuac rebasó por la izquierda, el centro y la derecha a par de obradoristas históricos.
Uno, Amado de Jesús Cruz Malpica, presidente municipal de Coatzacoalcos.
Y dos, Manuel Huerta y Ladrón de Guevara, Senador de la república.
Los dos, laborando con AMLO cuando fuera líder nacional del PRD y jefe de Gobierno en la Ciudad de México.
Leyenda en Cuitláhuac y que constituye un misterio, pues las cualidades y atributos políticos y sociales de Cruz Malpica y Huerta están por encima y mil, dos mil, tres mil años luz de distancia que las cualidades de Cuitláhuac.
Pero… como afirmaba Juan Maldonado Pereda, cuatro veces diputado federal y secretario de Educación de Veracruz en el alemanismo:
“En política nunca llega el más capaz y experimentado, sino el que más conviene”.

IV (La última palabra es de Sheinbaum)
García construyó su leyenda y de paso, avasalló las neuronas y el corazón de AMLO, el ex.
¿Habrá sido porque es el político más dócil para obedecer sin chistar al jefe máximo?
¿Será que su inteligencia es más deslumbrante, por ejemplo, que las de Manuel Huerta y Amado Cruz?
¿Será que Amado y Huerta cayeron de la gracia de AMLO y privilegió a Cuitláhuac por encima de todo?
¿Será que Cuitláhuac le exhibió sus pasitos salseros y le cayó en gracia su estado natural para congraciarse?
¿En verdad, en verdad, en verdad, será el más honesto, digamos, y también, el más leal toda vez que el obradorismo se fincaba más en la lealtad que en la eficiencia y la lealtad?
Ya se verá si con la presidenta Sheinbaum la historia se reproduce.