El Poder Total
**Pero compartido
**Gobernar y mandar
UNA. El presidente efímero
El poder político total y absoluto. De Benito Juárez García a Andrés Manuel López Obrador.
Benito Juárez: 15 (quince) años reelecto presidente de la república.
Porfirio Díaz Mori: 34 años reelecto jefazazo del Poder Ejecutivo Federal.
Luis Velázquez
Plutarco Elías Calles: impuso a cuatro sucesores.
AMLO, el jefazazo del Edén: de nueve gubernaturas disputadas en las urnas el dos de junio, su partido, MORENA, quedó con siete.
La octava, en manos del Movimiento Ciudadano de su examigo Dante Alfonso Delgado Rannauro, impugnada.
La novena, la alianza opositora conformada por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) ganó solamente la gubernatura de Guanajuato, principal bastión del PAN.
¡Ay, Francisco I. Madero quien apenas permaneció trece meses en el poder presidencial!
DOS. Una gobernará. El otro mandará
Así, tal cual y como ocurrió en los 71 años de la llamada “Dictadura perfecta”, en el tiempo del obradorismo quien gobierne vivirá en Palacio Nacional, digamos.
Pero quien mande y mande con el poder total, vivirá, quizá, en “La chingada”, el rancho de AMLO en Chiapas, viajando en el Tren Maya.
Tanta tanta tanta fuerza política y social recicló AMLO el 2 de junio que ya ordenó a sus tres hijos mayores limpien su hoja de servicios y aclaren paradas en un México guinda y marrón.
De hecho y derecho, casi casi todas las gubernaturas del país, a sus órdenes, señor.
Y la mayoría de diputados federales y Senadores, a sus órdenes, señor.
Y la mayoría de Congresos locales, a sus órdenes, señor.
TRES. Odorico Cienfuegos del siglo XXI
Igual, igualito que en otros tiempos (y tiempos priistas), AMLO, el presidente, con un poder político impresionante.
El nuevo Antonio López de Santa Anna para quien “el hombre nada era y el poder era todo”.
Más que la felicidad de un libro publicado, por ejemplo…
Más que una conquista amorosa, por ejemplo…
La única obsesión, la obsesión superior, es concentrar todo, absolutamente todo el poder político en el país.
CUATRO. Madrazo seco y rudo a la oposición
“Haiga sido” elección de Estado…
“Haiga sido” el dinero bimensual con los programas sociales a los Campesinos sembrando árboles, a los ni-nis y a los ancianos de sesenta años pa’arriba…
“Haiga sido” el efecto de “La mañanera”…
“Haiga sido” la estampita de la Virgencita de Guadalupe en su cartera…
“Haigan sido” sus giras permanentes en el interior de la república…
“Haiga sido” el aparato gubernamental en veintidós entidades federativas donde ya gobernaban los morenacos…
“Haiga sido” el plus de los diputados locales y federales y Senadores…
AMLO, el presidente, con su risita burlona de por vida quedó “con hacha, calabaza y miel”.
Y si por ahí existen impugnaciones se trata únicamente “de dar sabor al caldo”.
Enseñanza priista: si el tricolor perdía en las urnas se recuperaba en los tribunales.
CINCO. El tiempo de AMLO
Cada tiempo histórico, memorable, citable y bíblico en política tiene sus ejes transversales.
El tiempo de Juárez. El tiempo de Porfirio Díaz. El tiempo de Plutarco Elías Calles.
El tiempo de Miguel Alemán Valdés. El tiempo de Gustavo Díaz Ordaz. El tiempo de Luis Echeverría Álvarez.
Etecé. Etecé.
Hoy, hoy, hoy, el tiempo de Andrés Manuel López Obrador.
SEIS. Efecto obradorista
El sello de Morena con su gurú y chamán AMLO, el presidente, suficiente para ganar en las urnas.
Incluso, así fueras una arribista y una iluminada que de pronto, ¡zas! te metes a la política y ganas una curul local como el caso de la señora Bertha Ahued Malpica, más conocida como “La gorda Ahued”.
Y la hija de un empresario radiofónico de Xalapa, Ana Mirian Ferráez, derrotando al priista de todos los tiempos, Américo Zúñiga Martínez.